28/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 21 de 1836: se celebra la Batalla de San Jacinto. Durante la Guerra de Texas, provincia que en protesta por la desaparición de la Federación para ser sustituida por una República Centralista se había separado de México, las tropas de Santa Anna apostadas en una loma cerca del río San Jacinto, recibieron el  refuerzo de Perfecto de Cos.

 Ante la llegada de estos refuerzos, los texanos se refugiaron en el bosque y Santa Anna se sintió confiado en la victoria, por lo que decidió ofrecerle descanso a sus tropas, pues casualmente en ese momento recibía la visita de una bella mulata llamada Emily Morgan “la Rosa Amarilla de Texas”, que en realidad era una enviada de Sam Houston y el caudillo mexicano –a quien le encantaba ese tipo de encuentros- se disponía a atenderla en privado. Pero no sabía que todo era un plan preconcebido, pues aprovechando el calculado y momentáneo abandono, tanto del mando militar como de la tropa, hecho después universalmente conocido como “La Siesta de San Jacinto”, los hombres de Sam Houston atacaron justo cuando había un relajamiento absoluto, sin guardias de vigilancia siquiera. La reacción fue tardía, y aunque el enfrentamiento se prolongó por varias horas finalmente cundió el desorden total y la dispersión entre las filas mexicanas ante la falta de órdenes de combate. Al día siguiente, Santa Anna fue capturado cuando huía y, una vez preso, el 25 de abril ordenó al general Vicente Filisola que se replegara hasta el río Colorado, puesto que ya lo había convenido así con Sam Houston. El 30 de abril, Filisola envió al general Andrés Woll para conocer el armisticio con los texanos, y para el 14 de mayo de 1836, Santa Anna y David Burnet, presidente de Texas, firmaban el Tratado de Velasco. Triste historia que debió servir de lección, pero que no fue suficiente, pues luego se perdió toda una Guerra de Invasión por estar distraídos en pleitos internos. Así empezó nuestra debacle nacional que nos llevó a perder más de la mitad de nuestro territorio. En el libro Un Imperio Venido a Menos, de Editorial Porrúa, aparece la fotografía de un monumento dedicado a Emily Morgan, en San Antonio, Texas.