02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Diciembre 17 de 1830: nace en la Hacienda de San Pedro, hoy Garza García, Lázaro Garza Ayala, quien sería destacado militar y gobernador del estado. José Lázaro Rodríguez García, hijo de Patricio Rodríguez y Rosalía García, adoptó los apellidos de su tutor Antonio de la Garza Ayala, a quien le debe parte de su crianza. 

Desde que aprendió a escribir, tuvo una redacción impecable, tanto que José Eleuterio González “Gonzalitos” decía que Garza Ayala era tan bueno con la pluma como con la espada. Se matriculó en el Seminario de Monterrey, pero abandonó su carrera para sumarse a la defensa de la Ciudad en 1846 (tenía 16 años apenas), cuando las tropas norteamericanas la invadieron. 

Consumado el atraco estadounidense, pasado el tiempo se sumó al plan Restaurador de la Libertad de Santiago Vidaurri en 1855 -insertado hábilmente por el lampacense en la revolución de Ayutla, de Juan Álvarez-, que le permitió llegar al liderazgo regional. 

Lázaro continuó sus estudios, titulándose de abogado el 8 de abril de 1859, pero se distanció de Vidaurri sumándose a los congresistas, siendo capturado en Saltillo y cuando LGA estaba cerca del paredón, llegó la orden de Vidaurri suspendiendo la ejecución, y concediéndole el indulto. 

Liberado, se fue con su amigo Ignacio Zaragoza, a quien había sustituido en la comandancia militar de Monterrey cuando éste se fue a hacer carrera militar en la Ciudad de México. Ya con su jefe Zaragoza, tras varias participaciones militares importantes, asistió a la Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862, en calidad de secretario particular de Zaragoza. Es famosa su frase cuando redactó –por instrucciones de Zaragoza- el parte militar del triunfo de México en esa batalla, que inició con: “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”. 

Después, peleando bajo las órdenes de Jesús González Ortega, fue preso por el ejército francés cuando le habían dado el rango de general, y lo condenaron a prisión en la isla Martinica, donde estuvo enclaustrado por medio año. Lo indultaron de nueva cuenta en 1864 y se sumó a las fuerzas de Benito Juárez, siendo designado comandante militar de Monterrey. Presidió el Tribunal Superior de Justicia del estado, y cuando el gobernador Jerónimo Treviño pidió licencia, fue nombrado gobernador interino en 1869. 

Este mismo cargo lo volvió a ocupar en junio de 1872, por la renuncia del gobernador Genaro Garza García. Dato interesante es que fue precisamente al gobernador Garza Ayala, a quien se le ocurrió la idea de que todos los funcionarios públicos del estado, portaran un moño negro como luto por la muerte de Benito Juárez. 

Y fue el 4 de octubre de 1887 cuando rindió su protesta como gobernador constitucional de Nuevo León. Desde que asumió el poder, impulsó las actividades industriales exentando de impuestos a quien quisiera abrir una planta industrial, así como a las actividades comerciales, y a la educación. Murió en Monterrey, en mayo 4 de 1913, siendo considerado uno de nuestros próceres del siglo XIX.