Vienen tiempos difíciles para Nuevo León y para México y todos lo sabemos. No solo por las amenazas vartidas por Donald Trump el presidente electo de los Estados Unidos, sino también por el evidente agravamiento de la situación económica de nuestro país en el 2017.
En estas condiciones Nuevo León debe tener no sólo de tiempo completo sino además con los conocimientos y capacidades suficientes para enfrentar esa situación y para llevar al estado a buen destino en medio de esas turbulencias, pero al parecer no es asi. El gobernador Jaime Rodríguez Calderón no está de tiempo completo puesto que, según lo ha declarado el mismo, esta "permanentemente en campaña" electoral y busca la presidencia de la república. Ese es un problema pero no el más grave. El más grave es su comportamiento cotidiano, un comportamiento que indica un estado mental por lo menos preocupante.
El diferentes momentos y frente a diferentes problemas como los baches de las calles; la falta de vehículos; la tenencia vehicular o la verificación vehicular, el gobernador ha utilizado expresiones que reflejan una no comprensión de las cosas, de los procesos reales y una tendencia hacia una conducta irreverente, torpe, hereje, blasfema etc. , útil como estrategia de campaña electoral pero ineficaz para enfrentar la situación, además que reflejan una no comprensión de esos problemas y de los procesos reales o la naturaleza sistemática de esta crisis que Nuevo león y México enfrentan. Preocupante situación sin duda.