26/Apr/2024
Editoriales

16 de junio de 1866: se celebra en Camargo, Tamaulipas, la Batalla de Santa Gertrudis

16 de junio de 1866: se celebra en Camargo, Tamaulipas, la Batalla de Santa Gertrudis. Este evento marca el inicio del fin del imperio invasor de Maximiliano, pues luego de la exitosa Batalla del 5 de mayo de 1862, el ejército mexicano había perdido una y otra vez asediado por el invasor francés porque Napoleón envió un refuerzo de más de 30 mil hombres al mando del general Elie Frèderic Forey, que sustituyó al derrotado Lorencez. Forey regresó a Puebla y después tomó la ciudad pues Ignacio Zaragoza había muerto de enfermedad y la caída de Puebla dejó abierta la ruta a la capital de la república. Ante esto, el presidente Juárez sale de la ciudad de México llevándose con él a todo el gobierno.

Los franceses se instalan en la Capital y comienzana gobernar las regiones que dominaba, mientras las otras regiones del país seguían siendo libres. Para 1865 el Imperio dominaba apenas la cintura de la República, pues Juárez se encontraba seguro en el Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez), desde donde dirigía la guerray la administración de la República.

A finales de 1865, el Emperador ordena la eliminación de Juárez y para llegar a él se determinaron dos rutas simultáneas: una que pasara o partiera de Monterrey, y otra más desde Matamoros. Por ello, el general Mariano Escobedo, jefe del Ejército de Operaciones del Norte (Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas) tenía como misión evitar que Tomás Mejía -líder de los mexicanos imperialistas- partiera de Matamoros rumbo al Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez) y que el francés de Tuce tampoco pasara sobre Monterrey rumbo al Norte. Aclaro que de 1865 a 1866, el Ejército Republicano del Norte de Benito Juárez obtuvo algunas victorias como la del Valle de la Purísima, en Nuevo León.

Este Ejército del Norte, comandado por Miguel Negrete, viajó desde Chihuahua para tomar Monterrey y sumar sus fuerzas al Ejército de Mariano Escobedo, pero cambió de opinión cuando se enteró de que Mejía recibiría apoyo de 300 soldados Zuavos, mismos que nunca llegaron porque se amotinaron en el Caribe. Pero eso no lo sabía Negrete, así quecambió de planes para intentar tomar -sin éxito- el Puerto de Matamoros en 1865, dejando a Juan N. Cortina encargado de hostilizar a Matamoros para entretener a los imperialistas. Mientras, el resto del río Bravo quedaba intermitente del lado Imperialista o del Juarista, dependiendo de la presencia militar en las villas de Reynosa, Camargo y Mier.

En abril de 1866, Pierre Jeanningros había pactado con Tomás Mejía intercambiar convoyes de mercancías pero se perdieron en el camino.  Hasta que el 8 de junio de 1866 el teniente coronel Tucè salió de Monterrey rumbo al río Bravo con 2 mil hombres –mil 500 soldados belgas y 500 mexicanos- y 6 piezas de artillería. Mejía envió de Matamoros un convoy de 200 carros arrastrados por 2 mil mulas con cargamentos custodiados por 2 mil hombres al mando del general Feliciano Olvera, con las instrucciones de intercambiar mercancías al otro lado de la frontera de Mier (vender lo robado en Matamoros) para con esos recursos seguir persiguiendo a Juárez. Cuando las tropas de Tucè arribaron a Cerralvo, Escobedo movió sus tropas a las Lomas de Santa Gertrudis –cerca de Camargo- dejando a la vista de los franceses 600 caballos al mando de Ruperto Martínez, quien hacía creer a los franceses que los atacaría. Escobedo llegó a Santa Gertrudis a las 10 de la mañana del 15 de junio y esa tarde sostuvo una escaramuza con los franceses quienes le ganaron. Pero Escobedo regresó a las Lomas y dividió a mil 400 hombres en cinco columnas: cuatro de ataque y una de reserva, que eran acompañadas por dos columnas de caballería al mando del general Jerónimo Treviño. A las 6 y media de la mañana del 16 de junio de 1866, las fuerzas imperialistas dispararon el primer cañonazo seguido de fuerza de artillería y la táctica de Escobedo fue tener a su gente pecho a tierra y ocultar los caballos en un bosque. Y cuando el enemigo estaba a menos de tiro de fusil, Escobedo dio la orden de carga. Según “el parte”, la ejecución fue admirablemente precisa, caminando las columnas de infantería a paso de carga hasta trabarse el combate con la arma blanca y respuesta inmediata de la caballería. Para las siete y media de la mañana, las fuerzas austro-francesas estaban absolutamente destruidas. En el campo de batalla fallecieron 551 soldados (396 imperialistas y 155 republicanos) 243 heridos (165 imperialistas y 78 republicanos). Y fueron presos 1 mil 001 individuos (858 mexicanos y 143 austriacos).

El Coronel Tucè se enteró de la batalla el 17 de junio, y llegó a Mier hasta el día siguiente.  Tras la derrota en Santa Gertrudis, aumentaron las deserciones en su tropa y mejor se regresó a Monterrey, llegando el 28 de ese mes y se refugió en el Obispado mientras que los republicanos dominaban la ciudad. En Santa Gertudis, un ilustre grupo de nuevoleoneses: Escobedo, Naranjo, Treviño y una larga lista de héroes anónimos sellaron la suerte de un Imperio y garantizaron la soberanía nacional, el destino los llevó a triunfar en Tamaulipas. La batalla de Santa Gertrudis es la redención de los nuevoleoneses que habían sido derrotados en la anterior invasión, y en su lugar vencieron a un enemigo formidable.