04/May/2024
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Ofrece proyecto desalinizador solución a escasez de agua

Raúl Acosta Murillo, estudiante de la FCB, creó un prototipo de biofiltro desalinizador que obtuvo el primer lugar en la feria internacional de ciencias, ingenierías y humanidades ATHENA.

 

Las largas sequías -como la que azota actualmente a Nuevo León- podrían ser más recurrentes en los próximos años debido a los cambios climatológicos que se han acelerado producto de las acciones humanas. El agua dulce, potable, se ha vuelto más vital que nunca.

 Esto motivó a Raúl Acosta Murillo, estudiante de Biotecnología Genómica de la Facultad de Ciencias Biológicas (FCB), a buscar una solución y, de paso, concursar en ferias de ciencias tras elaborar un prototipo de biofiltro desalinizador.

“Uno de los problemas que tiene el mundo es la falta de agua dulce y que tenemos muchísima agua salada”, mencionó el estudiante ganador de la Feria Nacional y Latinoamericana de Humanidades, Ciencia e Ingeniería (FENACI) a nivel estatal y nacional, y del certamen ATHENA a nivel Latinoamérica.

Raúl y su asesor, el doctor Heber Torres Cordero, ganaron el primer lugar en la feria internacional de ciencias, ingenierías y humanidades en noviembre de 2021 con: “Biofiltro de anclaje sílice en E. colli para la recuperación de iones de sodio en agua salada”.

 

Le apuestan a bacterias como desalinizadoras

El prototipo de biofiltro de Raúl contiene bacterias modificadas genéticamente de escherichia coli (E. colli) que al mismo tiempo que se adhieren a la sílice (tipo de plástico) tienen la capacidad de absorber la sal del agua de mar.

 “Lo que harían nuestras bacterias genéticamente modificadas es que se pegarán a un material y al mismo tiempo absorberá la sal de mar. Al retirar el filtro estaríamos sacando las bacterias y la sal”, explicó.

El estudiante refiere que decidieron trabajar con E. colli porque es un modelo de estudio y saben cómo funciona y cómo se comporta. Pero también han considerado que podrían trabajar con otras bacterias.

 “Fue ver si E. Colli tenía la capacidad de sobrevivir en estos ambientes de sal y si las proteínas que usamos le conferían esas características y qué tanto crecían y qué tan rápido en comparación con otras bacterias que no tenían estas proteínas”, dijo Raúl Acosta Murillo, Estudiante de Biotecnología Genómica de la Facultad de Ciencias Biológicas.

“Porque una de las preguntas más comunes que nos hicieron era: ¿si era seguro? Y nosotros creemos y estamos constantemente trabajando para asegurarnos que no vaya a suceder algo que ponga en riesgo a la salud”, agregó Acosta Murillo.

 

Nace una línea de investigación

Especialista en la modificación genética de bacterias y en potenciar sus usos, el doctor Heber Torres contó que las posibilidades de sumarle cualidades a esa u otra bacteria que ayude en la desalinización son infinitas. Pero apenas comienzan.

 Entrevistado desde el laboratorio de biología sintética, Heber relata que uno de los aspectos principales de esa rama de la genética es la modularidad o capacidades de los genes. En este caso dos módulos; uno que absorbe la sal y otro que les permite adherirse a la sílice.

 “La modularidad de la biología sintética es poder añadirle aditamentos, que a parte de la sal pueda con metales pasados, que pueda con hormonas, que pueda destruir contaminantes. Para eso es necesario utilizar bacterias que puedan resistir a todos esos ambientes”, señaló Heber Torres Cordero.

 El profesor-investigador reconoció que se puede desalinizar el agua por métodos físicos y químicos. Su aporte es desalinizar, pero hacerlo desde un método biológico. Y al intentar una nueva solución quizá los costos para algunos les puede ser más efectiva.