Internacional

Barrett, pesadilla o bendición

Su nominación provocó la división de Estados Unidos. Su confirmación se ha convertido en una pesadilla para muchos y en una bendición para otros. Pero, sobre todo, en un triunfo rotundo para los republicanos. Hablamos de la jueza Amy Coney Barrett, que acaba de convertirse en el tercer magistrado del Alto Tribunal nombrado durante la presidencia de Donald Trump.

"Sabemos que parte de su frustración viene del hecho de que la jueza Barrett no se sometió a la agenda de las mujeres a la que los izquierdistas piensan que una mujer debe someterse para ser reconocida como una mujer consumada, como una mujer completa", decía en el Senado Marsha Blackburn, senadora republicana por Tennesse.

"No deberíamos estar votando este nombramiento vitalicio mientras los estadounidenses están en medio de una votación, para decirnos cómo quieren que sea el futuro de este país. (...) Y en lugar de trabajar con los demócratas para aprobar un relevo serio, como reclaman nuestras comunidades, los republicanos se niegan a hacer nada más que meter a esta jueza contraria a la asistencia sanitaria en el Tribunal Supremo", señalaba Patty Murray, senadora demócrata por Washington.

Detractores y seguidores a las puertas del Supremo

Si el ambiente en el interior del Senado era eléctrico, no lo era menos fuera, donde se concentraron detractores y seguidores de la jueza Barrett.

"Es hora de que nos deshagamos del aborto... El aborto es asesinato. Tenemos que librarnos de eso ahora", decía un manifestante_._

"Creo que es una verdadera lástima, no porque yo personalmente no esté de acuerdo con sus políticas, sino porque el proceso de nominación ha estado muy politizado y creo que daña la credibilidad del Tribunal Supremo", afirmaba otro manifestante.

Independientemente de lo que pase en las urnas el próximo 3 de noviembre, sin duda, los conservadores acaban de apuntarse un importante tanto.