Editoriales

El Tornado

Una evidente combinación de belleza y valentía distinguen a los caballos de los demás animales. No es casual que la historia y la literatura registren caballos famosos: El caballo de Zeus, se llamaba Pegasso; el de Alejandro Magno, Bucéfalo; el de Don Quijote, Rocinante; el del Llanero Solitario, Silver; el de Pancho Villa, Siete Leguas; y tanto El Zorro como El Bronco le llamaron a sus respectivos caballos, Tornado.

De todos estos amos, el único que inmortalizó a su caballo fue Alejandro Magno, al bautizar a una ciudad que fundó como Alejandría Bucéfala, hoy Jhelum del Punjab. Como ahora no está de moda ponerle nombres de caballos a las ciudades, en García Nuevo León están pensando en instalar a la entrada del pueblo –junto al retorno- un rótulo destacado para orientar a los automovilistas re-Tornados.