25/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Noviembre 08 de 1972: secuestran jóvenes guerrilleros un avión en Monterrey con 110 pasajeros de Mexicana de Aviación -entre los cuales iban dos hijos del gobernador Luis M. Farías-. Esta aeronave cubriría la ruta de Monterrey a Ciudad de México. Los asaltantes eran jóvenes  guerrilleros de la Liga de Comunistas Armados de Monterrey. El vuelo salió sin contratiempos a las 9 de la mañana y antes de la mitad del trayecto uno de estos jóvenes sacó una pistola (en aquel tiempo era sencillo subirse a un avión sin más revisión que traer el pase de abordar) y amagó a la tripulación, diciendo por el radio del Jet 757 de Mexicana de Aviación que traían consigo potentes bombas, y el avión retornó a Monterrey.  Ellos querían que el gobierno liberara a cinco de sus compañeros presos, a cambio de los pasajeros secuestrados, y la aeronave estuvo dando vueltas encima de nuestra Ciudad hasta que el combustible se agotaba a la altura del mediodía, y hubo de aterrizar para recargar y para liberar a las mujeres y a los niños. Los guerrilleros exigían que sus compañeros presos se subieran al avión so pena de comenzar a ejecutar uno a uno a los pasajeros. El gobierno de Luis M. Farías liberó a los encarcelados: Edna Ovalle, Tomás Okosuno, Angel Mejía, Francisca de Lourdes Saucedo, y Reynaldo Sánchez, pero los guerrilleros, sin liberar a los secuestrados, se los llevaron en el mismo avión a La Habana, Cuba. Durmieron allá una noche y todos los rehenes fueron regresados por la misma vía aérea a México, sólo que directamente a la capital mexicana y Fidel Castro les dio asilo político a los secuestradores. Estos actos terroristas –de piratería aérea en este caso- se dieron en medio de una crisis política y de inseguridad generada a partir de la matanza de estudiantes en 1968 al final del sexenio del presidente Díaz Ordaz. El climax llegó durante la administración de Luis Echeverría, pues la mencionada masacre de Tlatelolco detonó hechos violentos que ya hemos narrado en este mismo espacio.