El tal Polo Espinosa es un tipo sin mayor chiste; bajo de estatura y pasado de peso. Ya echó varias maromas en su vida: se dedicó a la Ingeniería, después a los negocios, luego a la política, más tarde a la academia y ahora aprende a leer y escribir de historia.

Sus obras de Ingeniería nadie las recuerda. Sus negocios fueron insignificantes. Los puestos políticos que ocupó son irrelevantes. Vendió su escuela, y el proceso de aprendizaje de la historia va muy lento. Tuvo buena memoria, pero ya se le olvidan algunas cosas. Cuando quiere hacerse el intelectual no se le entiende, pero sigue soñando en dejar huella. Es de reírse saber que ese tipo sigue necio en encontrar la forma de cómo ayudar a los que están peor que él. ¡Pobre! Vive en otro mundo.