Con menos de un 30% de aprobación de los mexicanos según las diferentes encuestas que se elaboran en el país y las que se elaboran en Nuevo León como Saba Consultores, el presidente Enrique Peña Nieto ha decidido mantener total control del PRI durante los próximos años de elecciones estatales y elección presidencial.
Eso se ve claramente en la integración de 9 miembros de su gabinete y ex miembros como Luis Videgaray, al consejo político nacional órgano que definirá la forma y el quien de la candidatura del PRI a la presidencia en el 2018. Además, Peña Nieto llamó a los priistas a la estrategia de ser el adalid de la "lucha anti corrupción", una propuesta que ha generado bastantes dudas entre los propios priistas que se sienten a disgusto fingiendo combatir la corrupción y que al ciudadano de pie le perece ridícula.
Por si fuera poco, Peña Nieto defendió las reformas estructurales mismas que, según dijo un conocido columnista, se encuentran "atoradas" por decir lo menos y ha sumido al partido en una "sorda división". Así que, con una osadía inexplicable y sin sustento, Peña Nieto intenta ignorar la realidad y lanzar a su partido y a sus candidatos a un porvenir por lo menos riesgoso pero que más bien pudiera resultar desastroso.