La victoria de Andrés Manuel López Obrador como presidente electo de nuestro País, el descalabro del PRI y la derrota Ricardo Anaya, entre muchas otras cosas, opacó el triunfo del nuevoleonés Juan Espinosa Eguía, como diputado federal electo, postulado por el PRI por el noveno distrito federal.

 Fue de los pocos que ganó, debido a su sencillez y su cercanía con el pueblo sin hacer aspavientos.

 La mitad de Doctor Arroyo que pertenece al noveno distrito, son ahijados de Espinosa Eguía, aparte del liderazgo que ejerce entre los Alcaldes del Sur.

 Conoce muy bien el oficio político y mucha gente del sur del Estado lo aprecia, aunque tiene opositores que le envidian sus éxitos en la política.

 Juan está listo para ser oposición en el Congreso  federal y aparte se convierte en aliado de los campesinos de Nuevo León, agrupados en la Confederación Nacional Campesina.

 Otro de los pocos que logró reelegirse como diputado local del distrito 26 fue Marco González Valdés, actual Coordinador del tricolor en el Congreso local.

 Tanto Espinosa Eguía como Marco hicieron buena mancuerna el Sur de Nuevo León y ganaron.

 Ambos no tuvieron miedo  de enlodarse los zapatos y recorrer ejidos y rancherías del noveno distrito federal y 26 local.

 Ahora falta que una vez que ambos rindan su protesta de ley, le cumplan a los campesinos que votaron por ellos porque los conocen muy bien.

 Por eso están confiados los campesinos, porque saben que cumplirán su palabra de mejorar las condiciones de vida de todos los que viven en el sur del Estado.

 Tienen méritos los dos porque mientras en otros lugares los priistas le dieron la espalda a Jorge Mendoza, Marcela Guerra, Héctor García entre otros, aquí sus seguidores votaron como en los tiempos de gloria del PRI.

 Eso significa que tanto Juan como Marco han cuidado bien su capital político. Acá en ese rumbo, el PAN y el resto de los partidos, así como los independientes fueron inexistentes. 

Ahora a continuar realizando trabajo político.