27/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 17 de 1839: nace en Lampazos, José Francisco Naranjo de la Garza, quien sería un importante militar. Destacó desde joven en las armas al defenderse de los ataques de los indios bárbaros, bajo las órdenes del también lampacense Santiago Vidaurri. 

Su valentía en los hechos de armas fue reconocida por tirios y troyanos, pues cuando participó en la Guerra de Reforma a favor de los liberales, y en la invasión francesa en favor de la República, brilló intensamente. En las tomas de Monterrey (23 de marzo de 1855) y de Saltillo (23 de julio de 1855) contra Francisco Güitián, participó bajo las órdenes del general Juan Zuazua, otro militar lampacense famoso. Su notable participación en la intervención francesa -especialmente en el sitio de Puebla-, ya como comandante de escuadrón bajo las órdenes del general Jesús González Ortega en contra del mariscal francés, Frederic Forey, fue muy comentada. 

Sin embargo, cuando cayó Puebla fue preso por los franceses, pero consiguió escapar, por lo que continuó enfrentándolos en diversos escenarios, como en el Arroyo de Tío Díaz en Coahuila, contra Jeanningros en Angostura, en Paso de las Cabras y en Matamoros contra Tomás Mejía. En Santa Isabel -cercano a Parras-, luchó en contra de Briand y fue herido, pero siguió luchando estoicamente, lo que le valió acceder al grado de general de brigada. 

Su presencia en las más importantes batallas durante la intervención francesa era insustituible, incluyendo la batalla del Cimatorio donde la República mexicana se alzó con la victoria en el sitio de Querétaro, venciendo a Maximiliano de Habsburgo. Después, identificado con el general Porfirio Díaz, participó en diversas acciones militares a favor del Plan de la Noria y después Tuxtepec, participando entre otras, en la batalla de Icamole.  El 27 de febrero de 1882 fue ascendido a General de División, y designado Ministro de Guerra y Marina de la República Mexicana, por el presidente Manuel González. Se retiró del Ejército en 1887 y murió en Ciudad de México en 1908. Sus restos descansan en la Explanada de los Héroes de la Gran Plaza de Monterrey, y su tierra natal se llama en su honor: Lampazos de Naranjo. Todo un personaje.