03/May/2024
Editoriales

El Astrónomo

Corría el año de 1968, y yo andaba de novio con quien ahora es mi esposa. Ella vivía en Guadalajara y yo en mi natal Monterrey, así que viajaba por carretera 10 breves horas para visitarla y en una de las primeras ocasiones que entraba a su casa, luego del timbrazo en la puerta, salió a recibirme su hermano Netzahualcóyotl a quien había tratado en mi tierra, pues estudió una parte de su carrera en el ITESM. 

Me instaló en la sala de su casa ubicada por la avenida Revolución y mientras salía mi novia me dijo que por esos días estaba de visita Vicente, otro hermano a quien yo no conocía y un poco para hacerle plática le pregunté a qué se dedicaba Vicente y me dijo que era Astrónomo.

Como Netza es investigador científico no me extrañó que su hermano tuviera una profesión tan poco común, por lo que me concreté a escucharlo. Me dijo que mi novia vendría pronto,   que me sentara, señalándome un sofá y se retiró. 

Aparentando que “me sentía en casa” busqué en el librero que estaba a un paso, algún libro interesante, encontrando uno de astronomía y para quedar bien con Vicente, el hermano astrónomo, por si se apareciera en ese momento lo comencé a hojear y a ‘ojear’. 

Y cual profecía bíblica así sucedió. Vicente salió a conocer “Al novio de su hermana que es Regio”, de acuerdo a la curiosidad que despertamos los de Monterrey en el País. 

Muchos creen que todos somos ricos, otros que somos separatistas y los más, que tenemos buen humor y usamos sombrero al estilo del inolvidable Piporro.

Como en las condiciones que me encontraba siempre anda uno quedando bien, intenté hacerlo con él diciéndole más o menos esto: 

_Que interesante es tu carrera Vicente. Estaba ahora mismo viendo este libro que me supongo es tuyo. Y aunque sé poco del tema me resulta fascinante la Astronomía.

_No es mío dijo Vicente en tono frío que no pasó desapercibido en mi ávida búsqueda de señales sensoriales. Solo se me quedó viendo, por lo que pensé: 

_ “Estos científicos son infumables, no merecí ni un comentario chiquito, cuando menos como cortesía con el novio de su hermana”.

Al fin salió mi novia. Fuimos a comer cabrito (pésima costumbre que muchos tenemos de recordarle al mundo de donde somos). En el trayecto al único restaurante especializado en chivo al pastor, ella me preguntó qué me había parecido Vicente su hermano que por aquel entonces vivía en  Baja California Sur, lugar que por cierto, se me hacía propio para un Astrónomo, pues su famosa claridad del cielo es ideal para esas actividades, pensaba.

_Parece ser una buena persona, pero sentí que estaba absorto en sus cavilaciones científicas porque casi ni me peló, le contesté.

Ella se extrañó con mi comentario y me dijo:

_¿Por qué te burlas de mi hermano con eso de las cavilaciones científicas?

_No te molestes, no estoy burlándome. Solo trato de explicarte su evidente parquedad en su plática conmigo.

_¿Entonces por qué le dices científico?

_Bueno es que un Astrónomo es un científico…

_¿Un qué? Me dijo ella

_Un Astrónomo, según me dijo Netza que a eso se dedicaba

_¡Gastrónomo! ¿Entiendes?, esa es su profesión, no Astrónomo; trabaja de gerente en el Restaurante del Hotel Lucerna de Los Cabos, me dijo botada de la risa...