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Casanicolás, albergue en Nuevo León que apoya a migrantes

Monterrey .- Cada año acuden a la Casanicolás, en el municipio de Guadalupe, Nuevo León, unos mil 900 migrantes mexicanos y del sur del paí­s, donde reciben apoyo y albergue, en su paso por esta entidad para llegar a Estados Unidos.

Desde el 2004 se construyó este refugio por iniciativa del párroco Luis Eduardo Villarreal Rí­os, al ver que este estado es un paso natural para los migrantes, quienes buscan acercarse a la frontera de México con el vecino paí­s del norte, y de ahí­ cruzar el rí­o Bravo, en busca de una mejor calidad de vida.

El religioso está al servicio de una iglesia cercana al albergue y es el fundador de Casanicolás (Centro de Apostolado San Nicolás Tolentino) con permiso de la comunidad que ahí­ residí­a, en la cual, se construyó un pequeño templo a San Nicolás Tolentino.

Así­, desde el 2004, organiza rifas anuales de un automóvil para sustentar la construcción que tardó cuatro años y que para el 2008, sin aún estar terminada, llegaron los primeros migrantes enviados del albergue Posada Belén, ubicado en Saltillo, Coahuila.

El sacerdote señaló que aproximadamente han llegado mil novecientos migrantes en los últimos años, mexicanos del sur, y sobre todo centroamericanos, en su mayorí­a hondureños, pero también llegan salvadoreños y guatemaltecos.

Refirió que en el 2015 que acaba de concluir, se le dio asilo a alrededor de mil 200 migrantes que pasaron por territorio nuevoleonés.

Asimismo, indicó que las medidas y polí­ticas de contención de parte de Estados Unidos y México para imposibilitar la migración, han frustrado los planes de cientos de personas por cruzar en busca de una mejor calidad de vida.

Expuso que algunos de los planes del gobierno mexicano se han implementado, con el objetivo de brindarles mejor atención y respetar sus derechos, sin embargo, el camino se les ha vuelto desolador.

Medidas que tomaban como subir al tren "La Bestia", el cual pasa por varias zonas del paí­s como: Tapachula, Ixtepec, Coatzacoalcos, Veracruz, Estado de México, San Luis, Saltillo, Monterrey y Nuevo Laredo, es ahora más difí­cil de abordar, pues pasa a su máxima velocidad por los poblados.

Añadió que existen deportaciones masivas y hostigamiento hacia los migrantes, por lo que se les hace más duro el camino para llegar hasta la frontera con México y Estados Unidos.

Comentó que la mayorí­a de los migrantes huye de la violencia que sufren sus hijos pequeños y del nivel de vida que es de pobreza y opresión.

Subrayó que Casanicolás tiene el objetivo de promover la descriminalización y que el voluntariado sea una presencia fí­sica de convivencia y no únicamente apoyo material.

Indicó que la mayorí­a de los migrantes a quienes apoyan son personas que ya han sido deportados, otros más quienes tiene familias "del otro lado" y que los están esperando.

Apuntó que a todos los que reciben se les otorgan tres dí­as para observar su comportamiento dentro de la casa, si necesitan más tiempo se les extiende a una semana, si se portaron bien y cumplieron el reglamento o tienen alguna gestión migratoria que hacer o un problema de salud, los dejan estar indefinidamente.

En la actualidad, en Casanicolás se efectúan rifas para mejorar las condiciones del albergue, la comida diaria y los sueldos de las cuatro personas que se quedan de guardia las 24 horas, además de un bazar que realizan con donativos de ropa que se usa para atender las necesidades de los migrantes y lo sobrante se vende