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Líderes empresariales de México y EEUU se unen para rechazar "desastrosas" amenazas de Trump de cerrar la frontera

MÉRIDA  - Líderes de negocios de México y Estados Unidos rechazaron el viernes las amenazas del presidente Donald Trump de cerrar la frontera y lo instaron a eliminar los aranceles al acero que han dificultado la ratificación de un acuerdo comercial negociado el año pasado.

En una reunión en la ciudad de Mérida, en el este de México, a la que asistieron funcionarios de ambos países, los líderes empresariales se unieron para pedir a Trump que abandone sus amenazas de interrumpir el comercio fronterizo después de días de retrasos en los principales cruces.

El presidente de la Cámara de Comercio estadounidense, Tom Donohue, dijo en una conferencia de prensa que Estados Unidos debería eximir a México y Canadá de los aranceles al acero y aluminio impuestos por Trump en junio pasado antes de que el Congreso apruebe el acuerdo para reemplazar el TLCAN.

“Es por eso que somos los primeros en salir para advertir contra las consecuencias desastrosas de cerrar la frontera entre Estados Unidos y México”, dijo Donohue, sentado junto al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien aplaudió calurosamente su discurso.

México y Canadá quieren que Trump elimine los aranceles a los metales antes de que sus legisladores aprueben el pacto acordado en septiembre conocido como el Tratado de Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC).

Las tensiones en la frontera dificultan aún más el proceso.

Tras un aumento en los solicitantes de asilo que viajaron principalmente a través de México desde países de Centroamérica, el mes pasado Trump amenazó con cerrar la frontera si México no detenía de inmediato la inmigración ilegal.

Su gobierno luego desplegó agentes fronterizos para vigilar la frontera, lo que generó retrasos que han elevado los costos en varias industrias.

Después de que Donohue habló, Carlos Salazar, presidente del poderoso Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de México, dijo que esperaba que el gobierno de Estados Unidos entendiera la necesidad de mantener abierta la frontera.

“No confundamos problemas de migración con problemas de comercio y problemas de la industria”, señaló Salazar, sentado al otro lado de López Obrador, quien nuevamente aplaudió el discurso.

El mismo López Obrador, como lo ha hecho durante meses, evitó cualquier crítica implícita o explícita a Trump y en su lugar agradeció al presidente estadounidense por “estar abierto a tratar nuestros asuntos comerciales, migratorios y de seguridad, con respeto”.

El evento formó parte del foro empresarial conocido como U.S.-Mexico CEO Dialogue.

Por su parte, la secretaria de Economía mexicana, Graciela Márquez, se reunió con el secretario de Comercio de Trump, Wilbur Ross, y nuevamente instó a Estados Unidos a que ponga fin a los aranceles a los metales para México.

Además, la funcionaria solicitó a Ross que promueva las conversaciones dirigidas a alcanzar un acuerdo rápido en una disputa sobre el tomate entre productores mexicanos y estadounidenses.

Márquez pudo promocionar un proyecto de reforma laboral que la Cámara baja del Congreso mexicano aprobó el jueves por la noche, considerada clave para que sea ratificado en el Congreso de Estados Unidos el nuevo acuerdo que reemplazará al TLCAN.

El subsecretario de Energía de Estados Unidos, Dan Brouillette, se reunió con la secretaria de Energía de México, Rocío Nahle, y más tarde dijo que la funcionaria le había comentado que el gobierno mexicano no deseaba revocar una reforma energética aprobada por la administración anterior.

López Obrador fue un crítico de la reforma energética antes de ganar las elecciones en julio de 2018. Sin embargo, desde entonces ha dicho que dará a las empresas privadas algo de tiempo para demostrar que pueden aumentar la producción de petróleo.

El funcionario estadounidense agregó que ofreció al gobierno mexicano la experiencia estadounidense para diseñar el proyecto de la nueva refinería que quiere construir López Obrador.