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La violencia que enfrentan las mujeres se refleja en el libro La balada de Ninfa, de Marionn Zavala

Monterrey - La convulsa y violenta realidad que enfrentan las mujeres en la sociedad mexicana se refleja en la serie de relatos que conforman el libro La balada de Ninfa, de Marionn Zavala, que será presentado por CONARTE mañana jueves a las 17:00 horas a través de Facebook Live.

La presentación del libro será conducida por Alejandro Rodríguez Rodríguez, director de Desarrollo y Patrimonio Cultural de CONARTE, y será enriquecida con comentarios del escritor Héctor Baca y la autora.

El libro es una coedición entre CONARTE y Cuadrivio Ediciones.

El escritor Geney Beltrán comentó sobre La balada de Ninfa: “Leer este libro estremece. Las historias de Marionn Zavala hallan su origen en la convulsa realidad que enfrentan las mujeres en la sociedad mexicana. Estos relatos actualizan con vigor y fiereza expresiva la violencia que aniquila el cuerpo femenino, la singularidad y potencia de su deseo y su aspiración vital”.

La escritora Marionn Zavala fue entrevistada por el periodista Vicente Guerrero de CONARTE sobre La balada de Ninfa.

¿Qué podrías adelantar sobre La balada de Ninfa? 

“Es un libro que pretende recopilar y representar algunas de las distintas violencias que se ejercen hacia el cuerpo de las mujeres, también, busca desarrollar las experiencias de lo femenino: qué sienten, piensan, las catalogadas ‘víctimas’ de estas violencias, es decir, busca representar tanto sus cuerpos físicos como sus cuerpos identitarios, lo que las mueve, quienes son como individuos, como mujeres mexicanas-latinoamericanas que han construido sus identidades a partir de estas violencias y de este contexto socio histórico específico. 

“Lo que busqué hacer a través de este libro fue representar y decir que Ninfa, Elo, Martha, Cathy, somos todas, que los nombres de las víctimas existen, que no son/somos una cifra y que tenemos nombres, cuerpos, historias y experiencias que nos conforman, no solamente las violencias machistas que terrible y lamentablemente, cobran la vida de miles de mujeres al día en nuestro país. 

Creemos que una escritora espera que haya muchos lectores para sus obras, ¿qué expectativas personales tienes respecto a esta obra en tu trayectoria? 

“Siempre he sido creyente de que un libro o un texto llama a sus lectores, que no importa las características que éstos tengan, es decir, no importa la clase social, género, ideología política ni religiosa, creo que cuando un libro te llama es porque hay algo ahí que todavía no se reconoce y que por lo tanto, aún no se nombra, o nombramos, que logramos hacerlo hasta el contacto con ese texto o ese libro que logra decirnos más de lo que pensábamos sentíamos o creíamos saber y ser como individuos. En lo personal, como escritora, espero generar esa reflexión en los lectores, el golpe en el estómago, el vacío que se produce después de reconocer que hemos sido violentadas o que incluso hemos generado esa violencia contra otras/otres. Esa reflexión y reconocimiento es mi expectativa principal, más allá del número de lectores o de sus cualidades”. 

¿Hay algún antecedente en lo particular que quieras comentar al respecto de La balada de Ninfa? 

“Este libro surgió como una necesidad personal, la necesidad de narrar esos momentos de la crueldad producida por las violencias machistas. La visibilización de estas violencias a partir de las denuncias públicas y legales que muchas mujeres en nuestro país han llevado a cabo en los últimos años, el alzar la voz, el denunciar, el decir en voz alta que estas violencias existen y que lastimosamente nos sucede a la gran mayoría de las mujeres latinoamericanas o quizás, incluso, en el mundo; produjo en mí la necesidad de llevar esas descripciones tan dolorosas a la literatura, teniendo como objetivo el representar no solamente las agresiones físicas, sino también las violencias psicológicas y emocionales que han constreñido a las identidades de las mujeres. Es querer alzar la voz y decir: así se siente, ese golpe, ese vacío en el estómago que se produce al leer la descripción explícitamente violenta de una agresión sexual y/o física, es lo que sentimos las mujeres, entre muchas otras cosas, al ser las principales receptoras de estas agresiones por nuestro género e identidad. La representación de ese sentimiento de ahogamiento, de desazón que existe y que muy pocos se detienen a observar y sentir al ver las noticias y su marea mediática sobre un caso nuevo de violencia de género”.

Esta pandemia, ¿de qué te ha servido a ti en lo personal en tu proceso creativo como escritora? De alguna manera, ¿esta realidad que vivimos está plasmada en este libro que se presentan CONARTE y Cuadrivio? 

“En el contexto actual en el que nos encontramos me ha sido muy difícil lograr la concentración y el equilibrio psicoemocional que se necesita (o, al menos yo, en mi proceso creativo) para escribir un texto literario. Ha sido difícil puesto que en mi familia he tenido casos positivos de COVID-19 y aunque se presentaron en cuadros ‘leves’, la angustia y la preocupación de cuidar a tu familiar, de ayudar con la compra de medicamentos para el tratamiento, de estar al pendiente de las necesidades que se deben de cubrir para la persona que está enferma, es complejo. Creo que, en este periodo, más que nunca, he reflexionado mucho más sobre los cuidados hacia sí mismo y los otros, y también sobre cuáles son los cuidados que el Estado nos proporciona como ciudadanos, o no. En el contexto actual me parece muy importante reconocer y mencionar sobre la salud mental y emocional de las personas, de todos, como sociedad y como individuos. Han sido meses difíciles para todos, y considero que también es importante tomarse un respiro dentro de la gran máquina de trabajo que es la sociedad actual para intentar cubrir con nuestras propias necesidades de cuidado. 

“Respecto a la representación de esta nueva realidad en el libro, creo que lastimosamente la relación radica en la convivencia diaria que sigue existiendo entre agresor-víctima; el estar 24/7 en aislamiento, juntos, en una casa, en un mismo espacio, hace casi imposible que las violencias intrafamiliares, por ejemplo, o que el abuso sexual por algún familiar o amigo cercano a la familia, se incrementen debido a esta convivencia diaria, aunado a los niveles de estrés y ansiedad que a todos nos ha afectado en mayor o menor medida por el confinamiento. Creo que estas violencias que han ido en aumento se encuentran reflejadas en el libro y lo pienso y afirmo con tristeza, puesto que no es un panorama y realidad alentadora para las mujeres mexicanas”.  

¿Algo más que quisieras comentar?

“Soy consciente de que La balada de Ninfa, como libro que busca representar las violencias machistas ejercidas hacia el cuerpo e identidades de lo femenino, no tiene la solución o la llave mágica que pueda contrarrestar estas violencias, tampoco una ayuda inmediata que pueda beneficiar a las mujeres que día con día conviven con su agresor y sobreviven a sus violencias; pero lo que pretendo como autora de este libro de cuentos es inducir hacia una primera reflexión al respecto de estos temas, que la mujer que lea este libro se pueda llegar a sentir identificada y acompañada porque su historia, lastimosamente, es la de todas, que no está sola, que hay grupos organizados de mujeres en donde se ayuda y colabora con los procesos psicoemocionales y judiciales que el denunciar a su agresor pueda llegar a tener. Claro que quisiera que el libro como tal pudiera llegar a tener un alcance mayor en beneficio de todas las mujeres que son víctimas de estos abusos, pero al ser la literatura una representación de la realidad, busco que este libro sea un espejo que nos confronta, que nos haga sentir el dolor que hemos estado ignorando desde hace mucho tiempo, la empatía de reconocerse en la Otra, el Otro, el Otre”.