Espectáculos

Martin Scorsese echa en falta los análisis hondos de las películas, frente a la dictadura de las estrellitas

California - Martin Scorsese va de premio en premio, y tira porque le toca. Un par de semanas después de que se anunciara que ha ganado el Princesa de Asturias, el realizador ha acudido al Festival de Cannes para recoger La Carroza de Oro, de la Quincena de Realizadores.

Además de recoger el galardón, el cineasta ha arropado una proyección de Malas calles, el título que le dio la fama en 1973, que fue multitudinaria. Numerosas personas se quedaron sin poder entrar al acto, en el Teatro Croisette, en el sótano del hotel Marriott. Allí fue entrevistado por Jacques Audiard, Cédric Klapisch, Bertrand Bonello y Rebecca Zlotowsk, que le consultaron sobre los temas más variopintos. Habló sobre el rodaje de esta cinta, los enfados de Robert De Niro en los rodajes, sobre sus referentes cinematográficos, y sobre un sacerdote que fue su maestro, desde los 11 a los 17 años. "Él fue el que me hizo darme cuenta de que uno tiene que ir por más. Me hizo explorar en la vida el concepto del amor y la compasión. Tenía que hacerlo porque la otra alternativa era violencia y muerte. Mi única esperanza era encontrar elementos positivos en mi interior".

Pero sobre todo, Martin Scorsese conversó sobre sus declaraciones en defensa del análisis profundo del cine, tras arremeter hace unos meses contra Rotten Tomatoes, y otras webs que asignan puntuaciones con estrellas a los films, en un artículo escrito como columnista invitado de  The Hollywood Reporter. "Hubo tiempos en los que era importante hablar largo y tendido de las películas", recordó. Opina que ahora, Rotten Tomatoes “califica una película de la misma manera que a un caballo en la pista de carreras”, según sus palabras. “Incluso el nombre, Rotten Tomatoes (tomates podridos) me parece insultante”. También le parecen exageradas las reacciones ante Cinemascore, compañía que evalúa cómo reaccionan los espectadores ante un largometraje, lo que incide en que la productora apueste de lleno por él, o lo abandone a su suerte.