1º de Mayo: Día Internacional del Trabajo. En muchos países se dedica este día a conmemorar el movimiento obrero mundial, como un homenaje a los Mártires de Chicago. Ya hemos desarrollado en este espacio los motivos y reivindicaciones sociales y laborales históricas que se peleaban, entre los que destacaba la lucha por una jornada de trabajo de ocho horas diarias. El 1 de mayo de 1886 estalló esa famosa huelga que, a pesar de existir un marco legal con ordenamientos específicos, los patrones en Estados Unidos no obedecían la ley, y la huelga detonó una represión salvaje, con resultados fatales de cinco mártires ejecutados en la horca. En nuestro México el presidente Álvaro Obregón promulgó la fecha del primero de mayo como obligatoria para celebrar el movimiento de organización obrera, y fue el presidente Plutarco Elías Calles quien lo consolidó en el calendario cívico nacional.

 En Nuevo León, tierra de empresarios y obreros, la celebración es multitudinaria, aunque actualmente ya no se realiza el magno desfile que hasta finales del siglo pasado cerraba las calles del centro de la ciudad debido a que los contingentes de obreros, maestros, trabajadores del estado, de los municipios, y organizaciones de la clase media, salían a la calle desfilando para rematar su marcha frente al Palacio de Gobierno, saludando al Gobernador, y manifestando sus quejas para laborar en buenas condiciones. Ese desfile duraba más de ocho horas y ahora las centrales obreras realizan en su lugar, actos políticos en locaciones públicas, como por ejemplo frente al Monumento del Obrero en la Macroplaza de Monterrey, concentrándose muchos trabajadores desde muy temprano y sus dirigentes sindicales pronuncian discursos de índole política laborista.