27/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Septiembre 1º de 1930: nace en Cerralvo, Roberto González Barrera, quien sería un importante empresario de talla internacional. Hijo de Roberto M. González Gutiérrez y Bárbara Barrera. Siempre mostró facilidad para los negocios, pues desde niño boleaba zapatos en las afueras de la Iglesia y en los bares de su pueblo. Siendo estudiante de secundaria partió a Veracruz para ser conductor en equipos de PEMEX y con su sueldo levantó una exitosa plantación de coco. Cuando reunió un capital de 200 mil pesos, regresó a Cerralvo en 1948 para asociarse con su padre en la adquisición de una planta de luz y en un molino de maíz que les costó 75 mil pesos.

El rubro de tratamiento industrial del maíz, revolucionó el mundo de los alimentos al fabricar la harina de maíz. Para crecer en su negocio solicitó un préstamo al general Bonifacio Salinas Leal, a cambio de acciones de su empresa, que con el tiempo las recompraría. Fundó Molinos Azteca, antecedente de Maseca y conforme avanzaba en su cobertura en el país, abría nuevos frentes de producción en el territorio nacional, comenzando a adquirir acciones de algunos bancos mexicanos. Comercializador implacable, rebasó las fronteras de México, instalándose en más de cien países, como Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China, Turquía, Australia y casi todo Sudamérica. Adquirió en 1992 la mayoría de las acciones de Banorte, grupo financiero al que sumó IXE, convirtiéndose en uno de los tres más grandes y eficientes bancos mexicanos con presencia en varios países como Estados Unidos. Su éxito económico nunca lo mareó pues sus amigos como Juventino González Ramos y Raúl Salinas Lozano siguieron siéndolo toda la vida.

Porque su origen era de clase media, entendía muy bien lo que la gente necesitaba, así que fundó el Patronato de Cerralvo, y cuando el ciclón Alex destrozó Monterrey, “El Maseco” fue el único empresario que donó 100 millones de pesos en una sola exhibición para la reconstrucción de la ciudad. Don Roberto González “El Maseco”, murió en Houston, Texas, el 25 de agosto de 2012, pero sus descendientes continúan con sus negocios, llegando a ser empresarios del primer nivel en Nuevo León, que no es poca cosa.