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Yered y Verónica construyen una familia sólida pese a homofobia

México - Yered y Verónica son una pareja feliz. Con siete años de relación y casi año y medio de matrimonio, esperan a su primer hijo. Sus familias están emocionadas por ello y entre sus amigos y compañeros de trabajo no hay más que muestras de afecto. Pocas parejas de lesbianas pueden presumir algo así­.

Sin embargo, Yered reconoce un sentimiento de incertidumbre, pues ignora si su hijo será bien visto por sus amigos por provenir de un matrimonio de personas del mismo sexo. "No sé si la sociedad esté lista para recibir a un niño con dos mamás".

La pareja considera que la familia jugará un papel muy importante para educar a ese hijo y ellas están seguras de que harán su parte para inculcarle valores y hacer de él una buena persona.

"La idea es explicarle desde chico las diferencias entre las familias, de la diversidad. Hay familias de papá y mamá, dos papás o dos mamás", añaden.

Para la pareja, esta diversidad no es nueva, pues la homosexualidad tampoco lo es. Como tampoco lo son las crí­ticas y el rechazo, pues cualquier tipo de familia distinta a la de padre, madre e hijos, fue en el pasado objeto de señalamientos negativos.

"Recordemos lo que pasaba con las familias de madres solteras en un tiempo", relata Verónica. La homosexualidad ahora es más visible, al menos en la Ciudad de México, un sitio privilegiado para ello gracias a la apertura.

Durante mucho tiempo, refiere la pareja, los homosexuales han sido tratados como ciudadanos de segunda, "pues cumplimos con nuestras obligaciones pero no podemos ejercer los mismos derechos".

Sin embargo, la iniciativa del Ejecutivo federal sobre matrimonio igualitario es vista con escepticismo, sobre todo, opinan, porque buena parte de los derechos de los homosexuales se han ganado a pesar de la clase polí­tica, sin dejar de reconocer que hay personajes de ese ámbito que han luchado por la comunidad.

Pese a esa situación, los avances hacia la no discriminación de los homosexuales han sido significativos, considera Yered. "Tengo un primo gay 10 años mayor que yo. Cuando lo reconoció, mi familia, la misma que hoy nos apoya a Vero y a mí­, lo corrió de la casa. Ahora la situación es muy distinta".

El motivo de la discriminación radica en la ignorancia y en los estereotipos producidos por la televisión, como "el homosexual amanerado que es estilista o maquillista o la lesbiana que quiere parecerse a un hombre. Al conocer homosexuales en la vida diaria, en la vida real, cambia la percepción de las personas".

Verónica y Yered están seguras de que si la gente conociera un poco más sobre las personas homosexuales, la forma de pensar cambiarí­a.

Mientras continúa la lucha encaminada hacia una sociedad que reconozca y respete a cabalidad los derechos sin importar las preferencias sexuales, Verónica y Yered siguen esforzándose en construir un futuro promisorio para su hijo.

Consideran que han construido una pareja y una relación fuertes para criar un hijo fuerte y hacer de él un buen ciudadano, por lo que ser lesbianas no las ha limitado de ninguna manera y dedican sus esfuerzos a consolidar una familia sin esconder absolutamente nada.