25/Apr/2024
Editoriales

El Reto Pepsi

Las elecciones en el mundo democrático arrojan algunas veces resultados sorprendentes. Las encuestas de preferencias electorales no siempre muestran el pensamiento del electorado, quien pareciera no saber lo que quiere, pues responde en forma diversa las preguntas previas y su forma de votar.  

Estoy leyendo a Malcom Gladwell en su obra: blink, donde sostiene entre muchas tesis explicativas los resultados de la inteligencia intuitiva.

Pone un ejemplo: iniciando la década de los años ochenta, la compañía Coca-Cola estaba inquieta pues si bien su producto había sido el más consumido en el mundo, la Pepsi avanzaba cada vez más.

La Pepsi estaba pasando por televisión el Reto Pepsi en el que se pedía a bebedores fieles de Coca-Cola que probasen el contenido de dos envases: el Q y el M. Preguntaban cuál preferían y todos decían que les gustaba más el vaso M, el cual contenía Pepsi.

La Coca-Cola negó al principio los resultados, pero mandaron hacer pruebas de lo mismo, y el 57% de los degustadores prefería Pepsi, contra el 43% Coca-Cola.

La tesis de que la fórmula secreta de la Coca era su gran secreto para el éxito, se derrumbaba, así que debían decidir qué hacer.

El sabor penetrante de la Coca-Cola, su principal característica, les parece ahora a los consumidores aspereza.

Así nació New Coke, o Nueva Coca-Cola. Los científicos de la empresa manipularon la legendaria fórmula secreta para parecerse más a la Pepsi. De inmediato se reflejó en las ventas y en las degustaciones a ciegas Coca-Cola empató con Pepsi. Para 1984 –luego de que cientos de miles de consumidores de Estados Unidos participaron en degustaciones a ciegas- la Nueva Coca-Cola abatió a Pepsi entre seis y ocho puntos porcentuales de diferencia. Se autorizó el nuevo refresco que se presentó en rueda de prensa y el consejero de la empresa Roberto C. Goizueta, dijo que se trataba de la iniciativa más segura jamás adoptada por la empresa Coca-Cola.

Pero el producto fracasó. Los consumidores se alzaron airados en protestas nacionales en contra de la Nueva Coca-Cola. Y meses más tarde se regresó a la fórmula original, rebautizada como Classic Coke. Sin embargo, hubo otra gran sorpresa: el antes irresistible ascenso de Pepsi tampoco se materializó, regresando el liderazgo de Coca-Cola.

Se han hecho muchas conjeturas de lo que sucedió realmente, pues quedó bien claro que no se sabe con claridad lo que la gente piensa realmente.

Este ejemplo de Gladwell en la guerra de los refrescos ilustra lo que está sucediendo en el campo de la política del mundo democrático, pues las decisiones de los partidos ahora se basan más en cómo enfrentar en las urnas a los otros institutos políticos, que en revisar sus propios métodos de acercarse a “sus consumidores”, y los resultados de las encuestas son engañosos.