04/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 29 de 1887: Inicia el gobernador Bernardo Reyes los trabajos de construcción de la Penitenciaría del Estado. Nuevo León carecía de una entidad presentable en la que pudieran concentrarse los presos que estaban purgando una condena provenientes de todos los municipios.

El general Bernardo Reyes estaba empeñado en transformar al estado durante esa administración, pues era gobernador interino, e intentaba hacer un buen papel para que el presidente Porfirio Díaz no se arrepintiera de haberlo enviado a nuestra tierra para que el control militar y político dependiera de él, no de los liderazgos locales. La ubicación de la obra era un predio que pertenecía a la Alameda Porfirio Díaz -hoy Alameda Mariano Escobedo- en la parte norte. El costo de la edificación fue de 246 mil pesos que fueron pagados por el Gobierno del Estado y el Municipio de Monterrey.

El proyecto era muy completo, y desde que Reyes puso la primera piedra, ya estaba planeando que esta Penitenciaría del Estado, la primera en su género en la historia de Nuevo León, fuera inaugurada por el presidente Porfirio Díaz, cosa que así sucedió en 1898 un año después de terminada. Pasado el tiempo se construiría otro penal al norte de la Ciudad -que se llamó Penal del Topo Chico-, el cual recientemente se demolió y sus funciones coercitivas fueron absorbidas por otros reclusorios en los municipios de Apodaca y Cadereyta.