24/Apr/2024
Editoriales

La memoria popular es muy breve

Cuando Hitler discutía con su gabinete nazi la invasión a Polonia, algunos de sus subalternos decían que habría protestas internacionales por usar la fuerza bélica. Luego de escucharlos, Adolfo dijo con su contundente lógica destructiva: sí, pero las protestas durarán poco tiempo ¿o alguien se acuerda ahora de los armenios?

Se refería a que cuando caía el imperio Otomán, los armenios de Turquía sufrieron una carnicería programada por el Gobierno durante la Primera Guerra mundial, al grado de desaparecer la mitad de ellos. El hambre y el frío eran peor muerte que la horca, el cuchillo o las balas. En aquella masacre hubo de todo, hasta miles de muertos por asfixia, pues los turcos que los habían expulsado al desierto, fueron por ellos sólo para encerrarlos en cuevas que incendiaban su entrada. Una vez “discutido” el punto, Hitler arrasó con Polonia.