28/Mar/2024
Editoriales

¿Sabes dónde vive la intuición?

Esa habilidad invisible, desconocida y poco valorada –por algunas personas-, se encuentra lejos de la comprensión humana; sin embargo, acostumbra manifestarse como una silenciosa voz que te dice algo, te advierte de peligros, responde tus dudas y muchas veces te transmite palabras de consuelo en momentos duros, complicados o difíciles y sólo quienes saben escucharla, aprenden a descifrar su mensaje, utilizándolo como un medio práctico para visualizar las cosas de una manera más objetiva, con total calidad y de forma inmediata. Hay quienes dicen que es el alma que te habla, para aconsejarte o sugerirte el mejor camino a seguir.

Nadie desconoce la existencia de esta percepción, aunque algunos la desarrollan más que otros. Ese presentimiento que puede sentirse como un pálpito, siempre llega sin previo aviso, en momentos claves, necesarios o en alguna circunstancia en particular. Cuando se manifiesta, toca la puerta diciendo: ¡Aquí estoy, escúchame por favor! No obstante, la pregunta es: ¿Dónde habita la intuición, en el corazón, en la mente o en el alma?

Dos bellas escritoras, Ada Quijano, de nacionalidad mexicana y Desirée Bogado, de nacionalidad española, nos dan una respuesta:

1.    En el alma y el corazón, justo en medio de la sinrazón, lejos de la mente y muy cerca de la ilusión... Ada Quijano.

 

2.    La intuición viene del alma, va directa al corazón y bloquea lo racional de la mente. Desirée Bogado.

Ambas tienen la razón, coincido en absoluto con ellas, existe una misteriosa conexión entre el alma y el corazón, siendo ese el canal de unión perfecto donde se concibe su existencia.

La intuición, con bastante frecuencia, resuelve los problemas del corazón y nunca se equivoca, cuando sientes que debes hacer algo por la razón que sea, llámese ésta honestidad, cariño, amor o justicia, vale la pena seguir esa corazonada, aunque esto signifique perder grandes afectos.

Las relaciones humanas de por sí son complicadas y si encima de eso dejan de basarse en algo tan simple como la honestidad, esto tarde o temprano desemboca en una reacción de choque donde una pequeña parte del alma queda fracturada. Esto, por supuesto aplica para cualquier relación de amistad, compañerismo y con mayor razón una relación de pareja.

Desde luego que perder afectos duele mucho y ser honesto requiere de una gran  valentía cuando de antemano sabemos que se pone en juego algo tan valorado como una relación entre dos personas, del tipo que sea.

La honestidad es respeto y cariño porque si yo te quiero jamás desearía lastimarte pero si acaso mi honestidad te lastima es porque mi deshonestidad pudiera haberte causado un daño mayor.

Por lo tanto, la intuición es honestidad en su más pura expresión porque es la parte de ti que jamás te engañará ni pretenderá causarte heridas.

Finalizo con esta bella reflexión:

“La intuición es una facultad espiritual y no explica, simplemente señala el camino”. Florence Scovel Shinn