24/Apr/2024
Editoriales

La amistad construye puentes, no muros

Una de las cosas más importantes en la vida es hacer amigos. Y para ello, primero hay que saber ser amigo. Muchas personas se sienten solas porque han construido muros en lugar de puentes.La verdadera amistad te ilumina en la oscuridad y te da sombra bajo los rayos del sol.

Quien piense que la amistad es algo que se obtiene, está equivocado. En realidad, la amistad es algo que se da. Se equivoca quien piense que Monterrey es solamente una ciudad industrial y comercial. En las últimas décadas, nuestra tierra se está transformando y ofrece nuevas imágenes a propios y extraños. Se han multiplicado los museos, las bibliotecas y el paisaje urbano ha cambiado. Pero no sólo eso. Desde hace décadas, en Monterrey contamos con agrupaciones sociales, culturales, asistenciales y de servicio, de los cuales nos sentimos orgullosos

Algunos de ellos son las agrupaciones y colegios profesionales, la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografí­a y Estadí­stica, el Club de Leones, el Club Sembradores de Amistad, el Club Sertoma, el Club Rotario, el Consejo Internacional de Buena Vecindad y la Asociación Estatal de Cronistas, entre otros. Estas agrupaciones han nacido de la necesidad de convivir y llevar conocimientos y ayuda a los demás.

Mencionaré sólo algunos nombres de personas que han impulsado esta fraternal convivencia, aunque siempre habrá el riesgo de dejar de lado –involuntariamente, por supuesto-- a personas que merecen ser incluidas. Así­ encontramos, por ejemplo, al maestro Timoteo L. Hernández, a don Manuel L. Barragán, a don José P. Saldaña, al maestro Israel Cavazos Garza, al Dr. Carlos Canseco, al Ing. José F. Muguerza, a don Rogelio Cantú Gómez, al Dr. Agustí­n Basave Fernández del Valle, al Lic. Raúl Rangel Frí­as, al C.P. Ramón Cárdenas Coronado y a muchos otros amigos.

En cuanto a los clubes, algunos han nacido en Monterrey como el Sembradores de Amistad y el Consejo Internacional de Buena Vecindad. Incluso se han creado extensiones de estos clubes en otras ciudades del paí­s y del extranjero. El Club de Leones de Monterrey llegó a ser el más grande del mundo. Hay uno, sin embargo, que es singular. Se trata del Club Deportivo Acuático Pájaro Dormido, A. C., creado el 27 de enero de 1975, hace ya 42 años. Desde el año 2003, el Club cambió su nombre por el que tiene actualmente: "Club del Pájaro. A. C."

Desde tiempo inmemorial se ha dado en utilizar figuras de animales para ejemplificar y brindar verdaderas lecciones de vida.

LAS FíBULAS Y

SU ENSEí‘ANZA

Quien no recuerda las fábulas de Esopo, de Iriarte y de La Fontaine. Se trata de verdaderas enseñanzas que contienen una moraleja. Hay una fábula de Esopo que nos habla del pájaro alción. Este pájaro gusta de la soledad y vive siempre a orillas y sobre el mar. Se dice que para huir de los hombres que le dan caza, hace su nido en las rocas de la orilla.

Un dí­a un alción que iba a poner, se encaramó a un montí­culo, y divisando un peñasco erecto dentro del mar, hizo en él su nido. Al otro dí­a que salió en busca de comida, se levantó el mar por una borrasca, alcanzó al nido y ahogó a los pajarillos. Al regresar el alción y ver lo sucedido, exclamó: -- ¡ Desdichado de mí­, huyendo de los peligros conocidos de la tierra, me refugié dentro del mar y me fue peor!"

Esta fábula nos enseña que la soledad no es buena y eso lo saben los socios del Club del Pájaro. Su mayor riqueza es la amistad. Los seres humanos hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos. En el Club del Pájaro existe una verdadera hermandad.

En estos 42 años han pasado por varias crisis, pero los ha mantenido unidos la amistad. Saben al igual que Salvador Dí­az Mirón que "el ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas". Saben también que "hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan..." Entre sus fundadores destacan Humberto Maldonado Tijerina, Armando Hinojosa Canales y Ernesto Tijerina Garza. Este último, conocido como "El Chaparro Tijerina", acostumbraba decir que el dinero no hace la felicidad, "sobre todo si es poco". Debo decir que "El Chaparro Tijerina era originario de Los Herreras, Nuevo León.

También cuenta el Club con socios honorarios, como Eloy Cavazos, Rafael Domí­nguez, Armando Fuentes Aguirre "Catón", Eulalio González "Piporro" y Carlos A. González. Entre sus Expresidentes figuran Juan Antonio Ballí­, Gerardo Lozano, Spencer Brown, Baldomero Garza, Eliúd Guadiana, Ví­ctor Garza Salinas, Gualberto Garza, Raúl Coss, Flavio Martí­nez, Eliézer Canales y Sergio Oyervides.

DONDE MORA

LA AMISTAD

Uno de ellos, el escritor Armando Fuentes Aguirre "Catón", ha escrito: "El Club del Pájaro es una de las asociaciones de más prestigio y tradición en Monterrey. De él forman parte un centenar de Nuevoleoneses cuya vida ha dado frutos en muy variados campos del quehacer humano. Ir al recinto del Club, en el corazón de la noble ciudad regiomontana, es entrar en una casa donde mora la amistad, y donde viven la canción y los versos, y el recuerdo entrañable de juventudes que ahí­ tienen segunda edición corregida y aumentada"

Al felicitar a los amigos del Club del Pájaro, por su 42 aniversario y por el Dí­a de la Amistad, quiero recordar la siguiente anécdota:

UNA BELLA

ANí‰CDOTA

En lo alto de una colina que domina la bella ciudad de Venecia, Italia, viví­a un anciano a quien la gente consideraba un genio. Cuenta la leyenda que era capaz de contestar cualquier pregunta que se le hiciera.

Dos adolescentes pensaron que podrí­an jugarle una broma al anciano. Creyendo tener un plan a prueba de errores, capturaron un pajarito y se dirigieron a la cima de la colina. Mientras se acercaban al ermitaño, uno de ellos llevaba la avecilla en sus manos.

"Sabio anciano", le dijo, "¿podrí­as decirme si el pájaro que tengo en mis manos está vivo o muerto?"

El hombre miró a ambos de arriba a abajo y, sin pensarlo dos veces, contestó: "Hijo, si te digo que el pájaro está vivo, tú podrás cerrar tus manos y aplastarlo hasta que muera. Si te digo que el pájaro está muerto, abrirás tus manos y la avecilla volará. Como ves, tienes en tus manos el poder de vida o muerte".

Los muchachos se miraron, totalmente confundidos. De verdad que éste es un hombre sabio, pensaron. No lo habí­an podido engañar ni por un segundo.

El anciano se acarició la barba blanca, sonrió amablemente y explicó, en voz de sincera solicitud: "les digo esto sin reserva alguna: En sus manos tienen las semillas del fracaso o las posibilidades del éxito. Sus manos son muy útiles, pero deben utilizarlas en las cosas debidas. Deben usarlas para recoger las recompensas de todo aquello que sean capaces de lograr".

Al bajar de la colina, los jóvenes habí­an cambiado su actitud. Entonces dejaron libre al pajarillo y, mientras lo veí­an aletear y volar hacia la libertad, se dieron cuenta del valor que encerraba el consejo del sabio anciano.

Es cierto. En nuestras manos están las semillas del fracaso o las posibilidades del éxito.