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Revertir alegatos de Trump sobre déficit comercial, clave para México en revisión de TLCAN

Un comercio con superávit o con déficit no es sinónimo de pérdidas para unos o ganancias para otros porque los acuerdos se traducen en beneficios para todos los socios, apuntó.

 

México -  Los negociadores mexicanos de la nueva versión del TLCAN deben llegar a la primera ronda de discusión, que se celebrará la próxima semana en Washington, con argumentos sólidos para demostrar a Estados Unidos que el déficit comercial no es un parámetro para medir el pacto, dijeron a Xinhua varios expertos.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reprocha que, desde que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entrase en vigor en 1994, la balanza comercial con México pasó de tener superávit a registrar un déficit que, el año pasado, rondó los 64.000 millones de dólares.

En sintonía con él, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos colocó la reducción del déficit comercial a la cabeza de la lista de sus 22 objetivos en la revisión del pacto con México y Canadá.

A juicio del profesor investigador del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México, Gerardo Esquivel, el carácter negativo que Trump da al déficit comercial muestra ignorancia sobre el rol del libre comercio.

Un comercio con superávit o con déficit no es sinónimo de pérdidas para unos o ganancias para otros porque los acuerdos se traducen en beneficios para todos los socios, apuntó.

"Es una visión antigua que corresponde al siglo XVII, cuando los países se preocupaban por los déficits comerciales. Eso no tiene ningún sentido ya", planteó.

"Todo mundo entiende que los balances comerciales, el comercio en sí mismo, contribuyen al desarrollo de los países de manera distinta porque contribuyen a asegurarse insumos baratos, a asegurarse productos baratos", agregó.

El economista advirtió que la insistencia de la Casa Blanca de fijar la disminución del déficit como objetivo de la renegociación del TLCAN sólo llevará a empantanar las discusiones, por lo que consideró que el equipo de México tiene que plantear a sus pares estadounidenses un cambio de perspectiva.

"No es el déficit más importante que tiene Estados Unidos, así que por todo ello es un poco ridículo, yo diría, que el presidente de Estados Unidos se preocupe por el déficit", sostuvo.

Los negociadores mexicanos encabezados por el secretario (ministro) de Economía, Ildefonso Guajardo, se sentarán a la mesa del 16 al 20 de agosto con los equipos de los otros dos países socios, dentro de la primera ronda de la actualización del trato, que se abrirá a petición de Trump.

Guajardo expuso a los senadores de la comisión de Relaciones Exteriores, en una reunión el 7 de agosto, que veía una "fijación extrema" de Washington en atribuir el déficit al TLCAN y adelantó que México está dispuesto a analizar un "rebalanceo comercial" sólo mientras éste sea a través de la expansión del comercio.

El profesor investigador del Centro de Estudios Internacionales y secretario general del Colmex, Gustavo Vega, coincidió en que es un error que la Administración de Trump mida el beneficio del TLCAN a partir del déficit con México.

Estados Unidos goza de un superávit en el sector de los servicios, además de que un porcentaje de las exportaciones mexicanas hacia el vecino país del norte lleva insumos fabricados en sus plantas, ejemplificó.

"La principal bandera debe ser que queremos más libre comercio y queremos fortalecer la integración regional", dijo el politólogo experto en la relación México-Estados Unidos.

"Lo que ha logrado crear el acuerdo, con problemas, es un semimercado regional en donde hay cadenas de valor productivas muy importantes en sectores clave, como el automotriz y el electrónico", apuntó.

Vega consideró que las discusiones tendrían que centrarse en mejorar aspectos para robustecer el pacto, como la introducción del comercio electrónico o la agilización de mecanismo de resolución de disputas.

México debe plantarse a la mesa con el objetivo de que la renegociación sirva para devolver al acuerdo el dinamismo que tuvo en su primera década de vida, cuando se crearon cadenas de valor y flujos que después perdieron brillo por distintos factores, destacó.

El experto sostuvo que la actualización del pacto podría demorarse si Estados Unidos mantiene su postura de centrarse en el déficit o de restablecer aranceles, como ha llegado a sugerir en cuanto al comercio de automóviles procedentes de México.

"Hay que tener claro que los tres países nos hemos beneficiado y que necesitamos avanzar a futuro y no retroceder. Lo que México tiene que decir es que los tres estamos claramente imbricados en un acuerdo que debe fortalecernos", abundó.