Abril 26 de 1986: Explota la planta nuclear de Chernóbil, en Ucrania. A primeras horas de la mañana, el reactor número cuatro de la central nuclear de Chérnobil se desgarró por un accidente en el turno de noche que llevaba a cabo pruebas en los sistemas de seguridad del reactor.
La falla produjo una explosión que agujereó el techo del reactor lanzando la enorme tapa por los aires y liberándose a la atmósfera una gran nube letal de contaminación radiactiva. En un principio, el personal no comprendía la magnitud del desastre e intentaron controlarlo con sus propios recursos; los bomberos quisieron apagar las llamas con simples mangueras de agua y ninguno de sus oficiales traía trajes de protección; todos terminaron muriendo. Las autoridades soviéticas tardaron en reaccionar pues se generó un sentimiento colectivo de incredulidad que paralizó a los responsables de esas emergencias, quienes temían a la reacción política en Moscú.
Pronto, la nube radiactiva se esparció por Europa mientras las autoridades soviéticas reaccionaban con lentitud alarmante. Tardaron 36 horas en decidir la evacuación de 50 mil personas de la ciudad de Pripiat, aunque se les dijo que era sólo una medida temporal y hubo resistencia a salirse de la zona.
Los desfiles del día primero de mayo continuaron en Kiev como si nada hubiese sucedido, pues ese evento era el más esperado por la población politizada. Sin embargo, toda una región alrededor de Chernóbil se sometió a cuarentena y se erigió un sarcófago sobre el reactor que cumplió con su objetivo de contener por buen tiempo la contaminación. Los problemas sanitarios de larga duración terminaron por desacreditar a los líderes soviéticos en especial a los de Ucrania y Bielorrusia. Esto marca el principio del derrumbe de la URSS que sucede en 1990.
