28/Mar/2024
Editoriales

SE HUNDEN EMPRESAS PETROLERAS Y NO PETROLERAS

En un artí­culo publicado el 28 de enero en el noticiero Bloomberg News se examina el apalancamiento en exceso de compañí­as estadounidenses y europeas, así­ como la montaña de deudas que consumen sus ganancias, con el tí­tulo "La resaca de $29 billones en deuda corporativa".

El informe aparece en el momento en que una de las compañí­a mineras y de bienes básicos más grande del mundo, Freeport-McMoRan sufrió una degradación de su deuda en cuatro grados de calificación hasta alcanzar el rango de chatarra, por la firma calificadora Moody's Investor Service. Las acciones de la compañí­a se desplomaron en un 80% el año pasado. Le va a ser difí­cil a Freeport mantenerse solvente sin una calificación de grado de inversión; ellos, Glencore, Trafigura y las demás compañí­as gigantes de bienes básicos necesitan muchos préstamos y también tienen que garantizar préstamos para las compañí­as que son sus clientes. En cuanto a Freeport, también incluye sus negociaciones cada vez más difí­ciles con Indonesia (de cuyas minas obtiene el 15% de sus ingresos globales) en donde Freeport está tratando de vender parte de sus operaciones a Indonesia a un precio inflado.

Las deudas de "compañí­as globales calificadas por Standard & Poor fueron tres veces más grandes que las ganancias antes de los intereses, impuestos, depreciación y amortizaciones en el 2015, la mayor diferencia que se haya registrado desde el 2003 y hasta 2.8 veces más que el año anterior", según S&P. La deuda total de las compañí­as chinas enlistadas también alcanzó un nivel record reciente, aunque solo el nivel más alto en tres años y no es superior a los niveles del crac bancario del 2008.

En esencia: una tercera parte de todas las compañí­as enlistadas en S&P a nivel internacional no han podido obtener las suficientes ganancias como para cubrir el servicio de su deuda.

La situación de la deuda está vinculada a la caí­da imparable en los parámetros de las economí­as fí­sicas del sector trasatlántico desde el 2011: manufacturas, empleos que producen bienes, exportaciones, órdenes de transporte carretero, transporte oceánico, fletes aéreos, maquinaria agrí­cola y de otro tipo (la tragedia de la Caterpillar), el total de transporte de carga, etc.

La última señal de la contracción fí­sica fue el informe sobre las órdenes de bienes duraderos en diciembre dado a conocer por el Departamento de Comercio de EU, que mostró una caí­da grande del 5.1% en las órdenes que disminuyeron durante la mayor parte del 2015. El informe adicional que se considera representa las inversiones de capital de las empresas (-es decir, bienes durables no relacionados a lo militar o aviación) tiene una caí­da de 4.3% y su contracción en noviembre sufrió un aumento de -1.1 %.

Bloomberg cita a un economista de Société Générale en Nueva York sobre los bienes básicos, quien señaló que "es un informe miserable en todas las categorí­as. Es un reflejo de lo que está sucediendo en las industrias dependientes del petróleo o cualquier otra que dependa de actividad en el exterior; sus actividades se están desplomando".