Editoriales

La política es el arte de la guerra

 

 En la política universal hay reglas que provienen de las estrategias de guerra, tal es el caso de los combates aéreos que, si se sustituye el concepto bélico por el político, queda a la perfección.  

Las “Dicta Boelcke” son un breve conjunto de reglas para el combate aéreo que vienen desde la primera guerra mundial y que se aplicaron en la segunda conflagración, resumiéndose así:

1.- La mejor posición en el combate aéreo es aquella en la que se puede disparar desde cerca al enemigo sin que pueda responder.

2.- Asciende antes de atacar y pica desde atrás. La altitud proporciona velocidad en un picado y amplía la zona de patrulla.

3.- Utiliza el camuflaje natural: las nubes y el resplandor del sol.

4.- Ataca cuando el enemigo esté distraído y preocupado con otras tareas.

Para reafirmar el parecido de estas reglas con la política, veamos cómo murió Oswald Boelcke en combate, el 28 de octubre de 1916. Tras de llevar 40 victorias seguidas, su avión Fokker D.III colisionó con el avión pilotado por su comandante de patrulla.

Esto traducido al léxico político es: Puedes hacer la guerra a todos tus enemigos mientras no te acerques demasiado al jefe, porque de lo contrario, chocarás con él y saldrás perdiendo.