19/Apr/2024
Editoriales

Cuidado con el gobernante que no le importa la opinión pública

Algunos gobernantes no tiemblan ante la crítica y prefieren actuar en forma contumaz apostándole a que la opinión pública no importa ni tiene memoria. Tal fue el caso de Hitler cuando discutía con su gabinete la invasión a Polonia; algunos decían que habría críticas y protestas internacionales por usar la fuerza militar, pues estaba muy desproporcionada en su favor. Adolfo Hitler extrañamente los escuchó con atención y al término dijo con su contundente lógica destructiva: _sí, pero las protestas durarán poco tiempo ¿o alguien se acuerda ahora de los armenios?

Se refería a la historia del tiempo cuando iba cayendo el imperio Otomán (1915), y sus dirigentes decidieron cometer un genocidio con los armenios de Turquía, que sufrieron un holocausto durante la Primera Guerra mundial, tan grande que desapareció la mitad de su población. El hambre y el frío eran peor que la muerte en la horca, el cuchillo o las balas. En aquella terrible masacre hubo de todo, desde miles de muertos por asfixia, pues los turcos que los habían expulsado al desierto, fueron por ellos para encerrarlos en cuevas e incendiaban su entrada; hasta miles de fusilados. Todo estaba dicho, y Hitler arrasó con Polonia.