El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, fue a Washington, D.C., la semana pasada, para coordinar la fase final de su plan de "paz" con el cartel asesino de las FARC, el cual piensa firmar para el 23 de marzo. En la recepción en la Casa Blanca, luego de su reunión el jueves 4 de febrero, Santos agradeció a Obama por su "apoyo pleno y entusiasta" para el plan, y confesó que Obama fue una de las primeras personas a las que le "confió" sus intenciones.
Santos había dado a conocer desde el 28 de enero en una entrevista con Associated Press, que vendría a Washington a pedirle al gobierno de Obama que suspendiera las órdenes de detención por narcotráfico contra los comandantes del cartel de las FARC. En otras palabras, el acuerdo con las FARC depende de que se retiren las acusaciones que hicieron fiscales estadounidenses en 2006 contra 50 comandantes de las FARC por suministrar la mitad de toda la cocaína del mundo.
Pero hay más. En 2014, los líderes de las FARC, que controlan enormes plantaciones de marihuana, coca y amapola en el campo colombiano, propusieron en la mesa de negociaciones que el gobierno acepte que el Estado identifique el posible uso industrial y artesanal de esos narcóticos, y luego proceda a "reglamentar la producción y el mercadeo de la hoja de coca, la amapola y la marihuana".
El pasado diciembre, Santos dio los primeros pasos en esa dirección, cuando firmó un decreto mediante el cual legalizó el cultivo, procesamiento, investigación y exportación de la marihuana "con fines médicos". El plan contempla convertir a los exportadores de marihuana en una "industria" tan grande como la exportación de flores, según le dijo el ministro de Salud de Colombia a la agencia noticiosa Bloomberg en enero. Y ya para el 3 de febrero, la firma PharmaCielo —una compañía canadiense que dirige el ex ejecutivo de la compañía británica más notoria, Philip Morris, el también especulador James Rogers, cofundador del Quantum Fund de George Soros-– introdujo su solicitud para empezar a cultivar y producir marihuana en Colombia.
La operación, al igual que Obama, quien es el padrino de todo el acuerdo, es británica cien por ciento. Santos es un protegido del ex primer ministro británico Tony Blair, con quien Santos ha consultado de manera estrecha desde que ganó la presidencia en 2010. George Soros sostuvo una "reunión muy larga" con Santos en el 2012 para coordinar la operación. La London School of Economics (Escuela de Economía de Londres), donde estudió Santos, ahora lo asesora en su "nueva" política de drogas; el 28 de enero, el jefe de su "Proyecto Internacional de Política de Drogas" presentó "un nuevo marco estratégico internacional para la política sobre drogas", en un gran foro organizado por la "Fundación Buen Gobierno", de Santos. Los asesores de la London School of Economics dicen que tienen la intención de utilizar su plan para desarrollar "nuevos modelos de reglamentación legal", como el que se implementa en Colombia, para darle forma a los resultados de la próxima Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre Drogas, en abril de este año, en la cual los británicos pretenden restaurar el libre comercio global de los narcóticos destructores de la mente, actualmente bajo control del imperio.