ROMA - Las organizaciones del crimen organizado en México lograron consolidarse en poco tiempo como los "amos y señores" del lucrativo negocio del fentanilo, la llamada "heroína sintética", 50 y hasta 100 veces más potente que la natural y mucho más barata.
La sustancia ilegal, a la que se atribuye en parte la epidemia de muertes por sobredosis en Estados Unidos, se convirtió en una oportunidad de las bandas delincuenciales de este país para incrementar exponencialmente sus ganancias luego que China decidió tomar medidas para frenar la producción de los precursores químicos necesarias para elaborarla.
En mayo de 2019, el gobierno chino clasificó compuestos análogos del fentanilo que no habían sido controlados individualmente y eso permitió que las incautaciones de esa droga en los puertos de entrada de Estados Unidos se redujeran drásticamente de 352 en el año fiscal de 2018 a 10 en el de 2020. Sin embargo, la caída tuvo como contrapartida el aumento de las confiscaciones de fentanilo procedentes de México y en menor medida de Canadá, según la Oficina de Contraloría General de Estados Unidos (GAO, siglas en inglés). Los cargamentos capturados desde México pasaron de 220 en 2018 a 669 en 2020, según esta dependencia oficial.
Aunque se redujeron las incautaciones enviadas por correo y mensajería, se incrementaron los cargamentos transportados en vehículos y por personas. Ahora, las organizaciones criminales "transnacionales" decidieron establecer laboratorios en México "que no solo mezclan el fentanilo importado y sus análogos con otras drogas, sino que también sintetizan cada vez más fentanilo a partir de precursores", sostiene el reporte de la GAO. .
El modus operandi de las bandas mexicanas consiste ahora en transportar el fentanilo "de menor pureza" mezclado con otros narcóticos, según la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA).
Aunque el gobierno estadounidense admite que su contraparte mexicana colabora para "mejorar la recopilación de datos" sobre el tema, estima que "su esfuerzo es insuficiente". Según un reporte de la organización InSight Crime, difundido en enero pasado, el tráfico del fentanilo se disparó en todo México en 2020.
De acuerdo con estadísticas oficiales del ministerio de Defensa, el año pasado se confiscaron 1.310 kilos del opioide en todo México, lo que explica la encarnizada guerra que se ha desatado entre los diversos "carteles" en busca de controlar este apetitoso mercado. De acuerdo con las cifras gubernamentales, durante 2020 se incrementó casi cinco veces la incautación de fentanilo y fueron destruidos 175 laboratorios clandestinos donde se elaboraba, más del doble de lo anterior. Por ejemplo, en octubre pasado, el gobierno desmanteló un centro de procesamiento ilegal capaz de procesar 5.000 kilos de químicos precursores, una cantidad sin precedentes, en el estado de México, cerca de la capital.
os químicos precursores suelen llegar de China e India a puertos mexicanos como Manzanillo y Lázaro Cárdenas, en las costas del Pacífico occidental, donde se procesaban para transformarlos en fentanilo y muchas veces se enviaban al exterior, pero las cosas parecen estar cambiando. Por ejemplo, cada vez se incautan más precursores en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Según InSight Crimen, "aunque los principales carteles controlan una parte importante del mercado de fentanilo, hay un creciente número de grupos criminales de menor tamaño también en la puja por abrirse un lugar".
El tráfico de opioides, desde una perspectiva comercial, "es una inversión más inteligente que la heroína, cocaína o marihuana", agrega. En Estados Unidos se presentan miles de muertes por sobredosis anualmente y en 2017 declaró una emergencia de salud pública por opioides, pero durante la pandemia de Covid-19 los fallecimientos por el abuso de esta droga alcanzaron niveles récord.
