26/Apr/2024
Editoriales

El crecimiento de Hitler y la propaganda nazi

En verano de 1930 se desarrolló en Alemania una campaña propagandística según la teoría de Hitler en Mein Kampf. Las graves dificultades económicas no pueden detener la voluntad, y la voluntad de los alemanes es la del más grande pueblo del mundo. Los traidores de noviembre, que provocaron la derrota durante la guerra (1ª Guerra Mundial), se convirtieron ahora en los explotadores del pueblo. Los alemanes fueron honestos y pacientes durante demasiado tiempo, pero ahora tendrán la fuerza de agarrar con la mano su propio destino, despertarán y recuperarán el puesto que le corresponde en el mundo. Al mismo tiempo, se promete trabajo a los desocupados, financiación a los agricultores, exenciones fiscales a los industriales y se asegura la protección de la familia., el respeto de la religión y la defensa de la propiedad privada.

Para afrontar la crisis agrícola, el Gobierno, que poco ayudaba a su causa, había iniciado una política de magras ayudas a las regiones orientales (Osthilfe), mientras favorecían a las grandes haciendas de los terratenientes (junker). Hubo un escándalo en torno a familias latifundistas que gozaron de empréstitos a fondo perdido. Se habló de la complicidad del presidente Hindenburg, cuyo hijo recibió la propiedad de un gran latifundio en Prusia. Los desesperados campesinos se lanzaron a las manos de los nazis y de 1928 a 1930 los apoyos a Hitler fueron multiplicados por ocho veces. 

B. Buchta, Die Junker und die Weimaren Republik, Berlin, 1959.