México participó en la Segunda Guerra Mundial -en reacción al ataque perpetrado por Alemania que arrojó como saldo el hundimiento de un par de embarcaciones petroleras mexicanas-, con un pequeño escuadrón aéreo que, modesta y dignamente, luchó anexado a la 5ª Fuerza Aérea de Estados Unidos.
En esa cruenta guerra mundial, ante la inminencia de una posible muerte, en los diversos frentes de combate sucedieron hechos inéditos, pues los militares pensaban solo en la inmediatez, olvidando muchas veces las normas sociales y principios culturales de su vida normal.
Esta circunstancia se presentó en todos los ejércitos, tanto los del Eje (Alemania, Italia y Japón), como en los Aliados (UK, URSS, EUA, Francia, Polonia, y China).
En el Ejército Rojo, integrado por bolcheviques de la Unión Soviética, entre los oficiales eran común contar con varias asistentes que formalmente eran secretarias de la unidad, aunque todos sabían sus funciones reales.
Ellas aceptaban desempeñar ese papel para acceder a una posición de seguridad que en semejantes circunstancias escaseaba. Estas asistentes eran conocidas como ‘esposas de campaña’ o Pokhodno-Polevye Zheny (PPZh) y, contrario a las normas sociales en tiempos de paz, se veía normal que un oficial tuviera hasta varias esposas de campaña.
Sin embargo, un caso especial fue el del general Gueorgui Zhukov, quien tenía solo una, a su propia doctora, que era la teniente Lidia Zakharova.
Ambos sobrevivieron a la guerra y después de terminado el conflicto, su relación continuó, sin que la fiel esposa de Gueorgui Shukov, llamada Alexandra, pudiera hacer algo por impedirlo.
En ese mismo Ejército Rojo hubo otro célebre caso, el de otra oficial del Cuerpo médico, la también teniente Galina Talanova, que fue la auxiliar de otro importante general del Ejército Rojo, Konstantin Rokossovski, y entrambos procrearon una hija llamada Nadezha, nacida en enero de 1945, a sólo tres meses de que se firmara la capitulación alemana del 9 de mayo de 1945, acto que inició la etapa de paz.
Igual que la anterior pareja mencionada, también sobrevivieron los dos.
Rokossovsky regresó con su esposa, pero siempre se mantuvo en contacto con Galina hasta que él murió en 1968.
Comencé este relato diciendo que México participó marginalmente en la Segunda Guerra Mundial, y desde luego que en la Primera casi nadie se enteró siquiera que la hubo.
Sin embargo, en nuestro país se presentan casos en donde, como si hubiésemos peleado en los diversos frentes de guerra, muchos mexicanos tienen ‘segundos frentes’ con varias familias en paralelo.
Desde luego que es broma, pero lo cierto es que los actuales tiempos borraron muchas reglas que regían las relaciones personales y familiares de nuestra sociedad.
Ojalá que sea para bien y que consigamos vivir en paz, porque la imagen que los crímenes delincuenciales dibujan de México ante el mundo, es el de un país en guerra.
