29/Mar/2024
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Don Alfonso Rangel Guerra

 

Referente de la educación superior y las letras mexicanas, don Alfonso Rangel Guerra celebra 90 años de fructífera vida.

Nacido en la ciudad de Monterrey, un 16 de noviembre del año de 1928, el abogado, escritor e intelectual regiomontano, ha consagrado más de seis décadas a la Universidad Autónoma de Nuevo León, como profesor, rector, escritor y estudioso de la literatura.

“La Universidad ha representado la oportunidad de servir a una institución generosamente proyectiva y dedicada a la formación de los jóvenes. Entender a la Universidad, significa reconocer sus valores, identificar sus principios y establecer rumbos y tareas a lo largo de la vida al servicio de las nuevas generaciones. Entender a la Universidad, es otra de las vías para comprender la vida”, expresa el Director del Centro de Estudios Humanísticos de la UANL.

¿Qué es lo que más le gusta de la UANL?

“Lo que más me agrada de la Universidad es su condición vitalmente activa y actuante. Es una institución que está siempre proyectándose hacia el porvenir y que está abierta al saber y a la conducción de los jóvenes”, puntualiza el Rector de la UANL de 1963 a 1964.

¿Cuál debe ser la labor de un educador?

“Un educador siempre está obligado moralmente a dar lo mejor de sí mismo a sus alumnos. Considero que el educador debe ser capaz de encaminar su vida al servicio a los demás.

“Tiene el doble valor de ser camino y conducta, una conducta que se hace camino y un camino que, a lo largo del tiempo, se va configurando en conducta”, reflexiona el miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1995.

 

Sus primeros pasos en la UANL

Después de haberse titulado en 1953 de la Licenciatura en Derecho por la Universidad Autónoma de Nuevo León, comenzó a impartir clases al año siguiente en la Preparatoria 1, hoy Colegio Civil Centro Cultural Universitario. Y en 1955, fue designado director de la misma dependencia, cargo que ocupo por tres años.

El Premio Internacional “Alfonso Reyes” en 2009, tuvo la inquietud de irse a estudiar a París, Francia, por lo que se esforzó en conseguirlo y obtuvo una beca de la Alianza Francesa.

“Dejé el cargo de director de la preparatoria y me fui a París en 1958. La experiencia en aquel país fue muy enriquecedora y puedo decir que aprendí muchas cosas. Ese año en París me propició el conocimiento, la lectura, el atractivo de las letras y, aunque estudié Derecho, me dediqué toda mi vida a la enseñanza de la literatura”, rememora el Profesor Emérito de la UANL.

De 1958 a 1959, Alfonso Rangel Guerra realizó estudios en Literatura Francesa y Literatura Comparada por la Universidad de París, Francia.

 

La literatura me ha permitido entender la vida

El ganador del Premio UANL a las Artes 1990, deja en claro cómo lo ha marcado su pasión por la literatura a lo largo de los años.

“Considero que tenemos una tarea en la vida que consiste en entenderla. Y es la tarea que debe cumplir cada quien, en su propio camino y ámbitos, y la literatura me ha permitido entender la vida, ya que la literatura es conocimiento, es presencia de la ficción novelesca, de la poesía, el drama y del ensayo.

“Y todas esas visiones que otorga la literatura, de alguna manera propicia la posibilidad de entender lo que es esta vida en la que estamos todos insertos”, señala.

¿Cuál debe ser la labor de un escritor en una sociedad?

“Considero que escribir es una de las formas de hablar. Escribir es, siendo acción de palabras, una tarea continuamente conducida hacia el saber. Escribir, significa entender mejor lo que somos y lo que podemos llegar a ser.

“La tarea universitaria es determinantemente una tarea superior, y por eso creo que he podido en mi vida conjuntar la mía con la Universidad y con la escritura”, manifiesta el miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1989.

 

Su vinculación con dos íconos de la UANL

Durante su larga trayectoria en la Máxima Casa de Estudios, don Alfonso Rangel Guerra tuvo el privilegio de conocer a dos personajes icónicos de la institución: Raúl Rangel Frías y Alfonso Reyes.

El primero, un humanista y Rector de la UANL (1949 a 1955). Durante su gestión fundó diversas escuelas como la de Comercio y Administración, Arquitectura, Filosofía y Letras, Ciencias Biológicas, entre otras. Además de apoyar la construcción de Ciudad Universitaria.

“Tenía una amistad con él y me permitió acompañarlo durante muchos trechos de su vida, de manera que aprendí mucho de él. (Raúl Rangel Frías) tenía una virtud, la más alta virtud que puede tener un hombre, que es la inteligencia; era un hombre muy inteligente, y su paso por la vida era un testimonio de la misma y su paso por la historia de la Universidad, fue un testimonio que nos enriqueció a muchos jóvenes”, recuerda Rangel Guerra.

Por otro lado, también convivió con el poeta, narrador, ensayista, crítico y traductor, Alfonso Reyes, personaje fundamental en la gestación de la institución al dar su voto por la Universidad del Norte en 1933.

Rangel Guerra recuerda que su acercamiento con “El Regiomontano Universal” fue debido a Raúl Rangel Frías, ya que, siendo rector, le pidió que se hiciera cargo de un libro por los 50 años de vida literaria del escritor Alfonso Reyes.

“Me pidió que me ocupara de esa tarea y lo primero que hice fue viajar a México para hablar con Alfonso Reyes, y así fue como lo conocí. Tuve la oportunidad de conocerlo de 1955 a 1958. Cuando conseguí mi beca para estudiar en Francia me fui a despedir de él en su casa biblioteca y recuerdo que bajé la escalera y le dije: ´adiós´, y él me respondió: ´me saluda a París´.

“Alfonso Reyes también era un hombre muy inteligente, un gran creador, un gran escritor. Tenía una visión muy clara de su tarea en la vida. Podría decir que desde muy joven se impuso la tarea de escribir y, una vez que empezó, lo hizo hasta el término y el fin de sus días”, puntualiza.

¿Cuál sería el mensaje a los universitarios para seguir impulsando a la UANL?

“Les diría a los jóvenes que siempre deben ser leales a sí mismos, seguros de que la tarea humana que están emprendiendo es larga y ardua. La vida es difícil, pero tiene realmente muchos atractivos, entre ellos, el de conocerla.

“Conocer la vida es una de las mayores capacidades del hombre para entender su conducta, su presencia y su visión cabal en la historia que le toca vivir. Ser universitario es un privilegio en un país con tantas carencias como lo es México”, señala Alfonso Rangel Guerra.

¿Qué reflexión hace acerca de sus 90 años de vida y más de 60 años de servicio en la UANL?

“La vida ha sido muy generosa conmigo, porque me ha otorgado conocimiento, capacidad de escribir y creo que la mayor función de la vida humana es el servir a los demás; así lo entiendo y lo he comprendido a lo largo de todos los años en los que he servido a la Universidad”, expresa el Director del Centro de Estudios Humanísticos de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Gracias, Don Alfonso Rangel Guerra.