24/Apr/2024
Editoriales

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Mayo 23 de 1812: muere ejecutado en Guadalajara, el jalisciense José Antonio Torres, "El Amo Torres". Este héroe de la independencia, primer insurgente del occidente nacional tomó Guadalajara el 11 de noviembre de 1810, abriéndole las puertas de la Ciudad a Miguel Hidalgo el 26 de noviembre -quien realizó importantes proclamas independentistas-, y el 12 de diciembre a Ignacio Allende con sus tropas. Por su parte, el ejército virreinal de Félix María Calleja llegó a San Luis Potosí y, una vez reunidos todos los insurgentes, se celebró el 17 de enero de 1811 una trascendente batalla entrambos ejércitos en el Puente de Calderón. En ella, El Amo Torres fue el responsable de la artillería, sin embargo, a pesar de tener ventaja numérica, los insurgentes fueron derrotados debido a que cayó un petardo en el carretón de pólvora y municiones, originando una terrible explosión que trastornó sus planes tácticos. La historia de la Guerra de Independencia tuvo una inflexión en esta batalla, primera derrota militar de Hidalgo y Allende, quienes desde ahí comenzaron con problemas entre sí. Inició una triste etapa que culminó en Acatita de Baján, Coahuila, con el prendimiento de los jefes máximos del movimiento que nos dio patria. Enterado Torres de la aprehensión de sus jefes, propuso realizar una expedición para liberarlos, pero Juan Pablo Anaya y López Rayón decidieron salvaguardar las escasas fuerzas militares para mantener vivo el movimiento insurgente. Torres dirigió una pequeña fuerza de vanguardia durante la batalla del Puerto de Piñones, Coahuila, donde cedió terreno hasta que el grueso de las tropas insurgentes llegó y obtuvo la victoria. El 14 de abril venció al comandante realista Zambrano en el Campo del Grillo, facilitando la toma de Zacatecas. Ganando algunas veces y perdiendo otras, el Amo Torres conservó viva la flama de la lucha independentista en Nueva Galicia y Michoacán, enfrentando las tropas de Pedro Celestino Negrete y José de la Cruz. Hasta que el teniente Antonio López Merino lo derrotó capturándolo el 4 de abril de 1812 en la Hacienda de Tupátaro (actual municipio de Cuerámaro, Michoacán). Ejecutado en la horca el 23 de mayo en Guadalajara, su cuerpo fue mutilado. Su cabeza, expuesta en el lugar del patíbulo por cuarenta días; sus brazos, llevados a Zacoalco y Mexicaltzingo; y sus piernas a las garitas de San Pedro y del Carmen. La historia nacional es la suma de las historias regionales, y en esta gesta heroica se debe saber que hubo muchos otros héroes cuya desgracia es no tener agente de relaciones públicas. Como un José María Mercado que desde noviembre de 1810 fue comisionado por Hidalgo para tomar Tepic y San Blas, consiguiéndolo sin disparar una sola bala el 28 de noviembre y el 1 de diciembre respectivamente. Ya para diciembre de 1810 la insurgencia se había fortalecido en buena parte de Nueva Galicia, pues Rafael Iriarte controlaba Aguascalientes, Zacatecas y León. Luis de Herrera y Juan Villerías ocuparon San Luis Potosí. En Toluca y Zitácuaro actuaba Benedicto López. Mientras el gran José María Morelos empezaba su campaña en el sur de Michoacán y México. Miguel Sánchez y Julián Villagrán controlaban el valle del Mezquital al norte de la intendencia de México. Y en las Provincias Internas de Oriente (Texas, Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León) que bregaba Bernardo Gutiérrez de Lara se sumaron los nuevoleoneses Juan Ignacio Ramón y el propio gobernador Manuel de Santa María. En las Provincias Internas de Occidente, José María González Hermosillo inició la rebelión con la Batalla de Real del Rosario y José María Sáenz de Ontiveros en Durango. Entre ellos, José Antonio “El Amo” Torres se alza como un héroe de la Independencia Nacional, y hoy recordamos su muerte.