03/May/2024
Editoriales

En defensa de la riqueza de nuestra lengua

Terminaré esta trilogía de textos relativos al lenguaje. Los dos anteriores se llamaron ‘En defensa del lenguaje’, y ‘En defensa de la ortografía’. Ahora en el tercero, apunto algunas curiosidades recolectadas de textos especializados del español que le he llamado ‘En defensa de la riqueza de nuestra lengua’. 

Porque nuestra lengua española es muy superior a otras, cuyas palabras no se pronuncian como se escriben. Y luego, algunas letras se pronuncian de diferente manera, dependiendo de la palabra que se trate. Hemos ejemplificado con la letra “e” en la lengua inglesa, que algunas veces se pronuncia como e, otras como i y en otras más no se pronuncia.

Nuestra lengua es tan rica que nos permite aprender jugando con sus términos pues contiene cualquier cantidad de curiosidades, y en buena medida la calificación que se tiene como el idioma más bello, se debe precisamente a estas curiosidades. Veamos algunos ejemplos conocidos:

Comenzando con los bifrontes. El ejemplo clásico es la palabra “sarapes” que, leída de derecha a izquierda, tal cual se hace con los palíndromos, se lee “separas”, que nada tiene que ver un significado con el otro. Así son los bifrontes. Lo mismo sucede con “Arroz” que se lee de derecha a izquierda como “Zorra”; o “Sanar”, que es “Ranas”

Los bifrontes son contrarios a los palíndromos, que se ejemplifican con la palabra “anilina” que se lee igual de derecha a izquierda, o el término “reconocer”.

Otra curiosidad del español está en el término “arte” que es masculino si se usa en singular, pero cuando se usa en plural, es femenino, pues se dice las artes… 

Otro es el término “centrifugados” que se compone de letras diferentes, y ninguna de ellas se repite.

En cambio en la palabra “aristocráticos” todas sus letras se repiten dos veces.

La palabra “Euforia” contiene las cinco vocales (y dos consonantes).

El término “Corrección” tiene dos letras dobles.

Es curioso que el término “mil” sea el único número que no tiene “o” ni “e”

Como también curioso es que el término “cinco” tenga cinco letras, lo cual le diferencia de los otros números.

Nuestra lengua es tan perfecta que con las mismas letras se forman palabras absolutamente diversas, como el caso de: “ecuatorianos” y “aeronáuticas”; son las mismas letras, pero en otro orden.

Algunas curiosidades pueden causar problemas internacionales, como es el caso del término “argentino” que con las mismas letras puede llegar a ser “ignorante” tan sólo cambiando su acomodo.

¿A poco no es maravilloso nuestro lenguaje español?