02/May/2024
Editoriales

Regresar a ser ciudadanos, no súbditos

El presidente Andrés Manuel López Obrador es un fenómeno político, pues en las encuestas de opinión pública siempre sale bien calificado. Paradójicamente los mexicanos pueden desaprobar su gobierno, pero la mayoría lo sigue apoyando. 

Le perdonan que mienta, que descuide la salud y la seguridad de la población, que insulte a periodistas, a grupos de la sociedad y hasta a legisladores extranjeros, sin que nada de esto modifique su opinión favorable. 

Controla en forma absolutista al Poder Legislativo y, para mostrar al mundo su señorío, ridiculizó a los diputados de Morena -que son mayoría en San Lázaro-, según dijo su correligionario el diputado Fernández Noroña, cuando AMLO retrasó a propósito la instalación del segundo periodo de sesiones de la Cámara de Diputados reteniendo a los diputados morenos en un evento al que le llamó 4º Informe de Gobierno, a la misma hora que debería instalarse -según la ley- el periodo de sesiones. 

Fue una demostración pública de que el único poder que existe en México es el  Ejecutivo a su cargo, y lo hizo para ‘informarles’ su desilusión por haberse ‘equivocado’ al proponer a varios ministros de la Suprema Corte de Justicia, que no apoyan sin chistar todas sus iniciativas.  

Quiere que todos los ministros sean obsequiosos como Arturo Zaldívar, quien se desvive por satisfacer los deseos del señor Presidente.

Su liderazgo se basa en un insólito carisma que sigue ‘recetas’ elaboradas por sus homólogos Castro, Chávez, Lula, Evo, y Ortega. 

Así se inicia el quinto año de Gobierno del fenómeno político llamado López Obrador. Él afirma que nos irá mejor a todos en la recta final de su sexenio, aunque no dice cómo podemos alcanzar ese objetivo que, sin duda, es el que todos ansiamos.

Como ya llenamos de palabras, ahora queremos hechos que nos reconcilien a todos, que se reinstale el estado de derecho, se frene la inflación, que haya inversiones de las que crean empleos bien remunerados, que se instale un sistema de salud que realmente funcione, que recuperemos la paz en las calles y carreteras, etcétera.

En cuanto a la democracia, queremos un sistema político basado en el derecho, sin más sobajamiento a los otros dos poderes, es decir, queremos ser ciudadanos que obedezcan a un gobierno con tres poderes, no súbditos de un monarca absolutista.