07/May/2024
Editoriales

¿En manos de quién estamos?

Las noticias dan cuenta de una gran cantidad de crímenes cometidos diariamente, y tanto los periodistas que nos informan, como todos nosotros que conformamos el público, ya perdimos la capacidad de asombro. 

Suceden con tanta frecuencia, que sólo preguntamos cuántos muertos hubo ayer, sin pedir más explicaciones, pues llevamos la referencia numérica, ya no la humanitaria… los regiomontanos de antes de la mitad del siglo XX, recordamos cuatro crímenes que nos escandalizaron en su momento: el crimen de la Calle de Aramberri, el del doctor Alfredo Ballí, el crimen de los hermanos Villagómez, y el de las hermanas Millet… acaso recordamos también -sucedidos más recientemente- el cometido por Julio Castrillón y el sacrificio de los hermanos Peña Coss, es decir, traemos seis crímenes en la memoria, aunque en las últimas dos décadas hayan sucedido demasiados actos salvajes que arrebataron cientos de vidas y muchas de ellas con la luz del día, como el del diputado Mario Ríos, ejecutado en plena calle de Ocampo, en el centro de la Ciudad…///

Sin embargo, ahora que se ‘puso de moda’ el feminicidio, cuando en realidad de los seis recordados, cinco tuvieron como víctimas a mujeres, el de la jovencita Debanhi Escobar es una bomba que explotó el 9 de abril pasado cuando desapareció y su cuerpo fue encontrado el 21 de abril ¡Dentro de la cisterna del hotel en donde fue vista por última vez!

Este escándalo rebasó el ámbito local y se instaló en el nacional. El caso trae de cabeza a las autoridades porque se han realizado ¡tres autopsias! y todas con resultados diferentes, por lo que a nadie extrañaría que de pronto alguna autoridad solicitara una cuarta.

En la primera concluyeron los expertos de la Fiscalía local que Debanhi murió por un golpe en la cabeza y que no había huellas de alguna agresión de tipo sexual; en la segunda autopsia -que fue solicitada por el padre de la víctima a un perito privado-, se dijo que el cuerpo tenía golpes en el cráneo, los párpados y nariz, además de un atentado sexual.  

Sin embargo, como el tema se convirtió en nacional, la federación envió a sus técnicos forenses quienes concluyeron que no, que Debanhi murió ‘ahorcada’ es decir, no ahogada sino por sofocación, sin abuso sexual, y que cuando la encontraron muerta llevaba apenas de tres a cinco días de muerta.

Hasta ahora nadie explica si el tercer dictamen es el bueno y la opinión pública pregunta ¿dónde estaba Debanhi durante los ocho días que transcurrieron entre su desaparición y el crimen? ¿Dentro del propio hotel o fueron después a ‘sembrar el cuerpo?

Si damos por bueno el dictamen de los federales ¿cómo quedan los peritos locales? ¿Se les va a castigar por mentir? ¿Y a la Fiscalía del Estado se le va a sancionar? ¿De veras se está pensando en una cuarta autopsia?

¿En manos de quién estamos los nuevoleoneses?