Internacional

El gobierno de Lula da Silva aplicará un impuesto del 9,2% a la exportación de petróleo brasileño durante cuatro meses

El Gobierno brasileño anunció este martes que aplicará una tasa de exportación del 9,2 % al petróleo bruto durante cuatro meses, con la intención de recaudar unos 6.600 millones de reales (1.260 millones de dólares al cambio de hoy).

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, afirmó en una rueda de prensa que este nuevo impuesto va en línea con el objetivo del Gobierno de “recomponer el presupuesto público, tanto desde el punto de vista de los gastos, como de los ingresos”.

El tributo, que en un principio solo estará en vigor por un cuatrimestre, se aplicará a todas las empresas exportadoras del sector petrolero del país, entre ellas la estatal Petrobras.

Según Haddad, la tasa de exportación supondrá un impacto del 1 % sobre los beneficios de Petrobras, que es controlada por el Estado brasileño, pero tiene acciones negociadas en las bolsas de San Pablo, Nueva York y Madrid.

El ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, dijo en la misma comparecencia que el impuesto puede ayudar a “despertar el interés por inversiones” en el ramo de refino de crudo en el país y así, a largo plazo, abaratar el precio de los combustibles.

El anuncio de esta nueva tasa de exportación generó fuertes pérdidas para las petroleras en la Bolsa de San Pablo.

Las acciones ordinarias y preferentes de Petrobras cedieron un 4,4 % y un 3,5 %, respectivamente, mientras que los títulos de PetroRio se hundieron un 9 % y los de 3R Petroleum se desplomaron casi un 7 %.

Esta nueva medida se une a la decisión del Gobierno de volver a aplicar impuestos a la gasolina y el etanol, que fueron suspendidos el año pasado, con la meta también de mejorar la recaudación y equilibrar las cuentas públicas.

Los impuestos sobre los hidrocarburos fueron suspendidos en una polémica decisión, tachada de “electoral”, del ex presidente Jair Bolsonaro (2019-2022), líder de la ultraderecha que aspiraba a la reelección y fue derrotado en los comicios de octubre por el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.

En aquel momento, Bolsonaro alegó que los suspendía por el aumento desbocado de la inflación, que entonces era de dos dígitos y a día de hoy es del 5,7 % interanual.

Al asumir el poder, el pasado 1 de enero, Lula da Silva prorrogó esa suspensión de impuestos a los combustibles, pero la delicada situación fiscal del país obligó a que esa decisión fuera revisada por el Ministerio de Hacienda.