01/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Diciembre 14 de 1859: firma el gobierno de Benito Juárez el Tratado MacLane – Ocampo, a favor de Estados Unidos. Buscando un equilibrio del Tratado Mon – Almonte firmado por el gobierno conservador mexicano a favor de España, en donde se comprometía México a pagar a “La madre patria” la deuda adquirida por Santa Anna en 1853 con el 8% del ingreso de las aduanas, y a castigar a quienes hubiesen maltratado a españoles en el territorio mexicano, a cambio de que España reconociera como auténtico el gobierno conservador.

La reacción del presidente Juárez –por conducto del ministro Melchor Ocampo- fue conceder el derecho de paso, no la propiedad, a las tropas norteamericanas, mercancías y personas por los estados fronterizos y por el istmo de Tehuantepec hasta Coatzacoalcos en el Golfo de México, para que Estados Unidos hiciera lo propio con su gobierno constitucional. Sin embargo, el senado norteamericano se negó a ratificarlo (el Tratado) porque había problemas entre el norte y el sur de esa nación, y los sureños esclavistas de Estados Unidos podrían utilizar esas rutas en México para transportar esclavos ilegalmente. El gobierno de Juárez se retractó del Tratado cuando el 22 de febrero de 1859 William B. Churchwell instruyó a James Buchannan para que en dicho Tratado incluyera una cláusula para lograr la cesión de Baja California a Estados Unidos, a lo que Juárez dejó en claro que México no vendía ninguna porción de su territorio. Esta es sin duda, la acción de la que más se arrepintió el presidente Benito Juárez, pues su desesperación por minimizar el gobierno conservador le llevó a “entregar en mazorca” nuestra soberanía territorial. Afortunadamente las circunstancias ayudaron a enmendar el error, pero la falla está registrada en la historia, y es la única razón que arguyen los detractores de Don Benito Juárez García, El Benemérito de Las Américas.