Internacional

Pese a los ataques de Washington contra China aumenta la cooperación de ese país con Brasil, Chile y países del Caribe

La hostilidad de los halcones de la guerra estadounidenses hacia China y sus actividades en el hemisferio occidental, no ha impedido que varios países iberoamericanos y caribeños amplíen su relación de cooperación con China en el contexto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR). Por ejemplo:

 

El Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, visito   Brasil y a Chile, comenzando con Brasil el 24 de julio, cuando asistió a la reunión de ministros del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Asimismo, Ernesto Araujo, ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, lo invitó a una visita oficial y presidirá junto a él la reunión del Tercer Diálogo Estratégico Integral Brasil-China. Desde Brasil irá a Chile por invitación de su homólogo chileno, Teodoro Ribera.

Perú: Luego de que Perú firmó un Memorando de Entendimiento (MdE) con China en abril, para unirse a la IFR, los gobiernos peruano y chino preparan una lista de prioridades en la cooperación de proyectos. El diario peruano Expreso informó que Zhao Bentang, director del Departamento para Latinoamérica y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores, indicó que la lista de proyectos estará lista en unos meses. La conectividad es clave, en términos políticos, económicos, de infraestructura, financieros y comerciales, afirmó. Las relaciones entre China y la región se encuentran en su “mejor momento”, declaró, y documentó un aumento de inversiones chinas desde el 2000 hasta hoy.

En el Caribe: el sitio electrónico eastasiaforum.org (Foro Asia Oriental) documentó el martes 23 la participación de varios países del Caribe en la IFR, a los que se ofrece inversión en la infraestructura que Estados Unidos no ha hecho. El autor, Jared Ward, advierte que sería una visión miope considerar a la IFR meramente como una trampa de bienes raíces, como algunos críticos le llaman, y hace añicos el argumento de la “trampa de la deuda”, con el ejemplo de Jamaica, cuya deuda en el 2010 era un 147% del Producto Interno Bruto (PIB), pero que los acreedores de la mayor parte de ella eran occidentales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El Banco de Desarrollo Caribeño estima que la región necesita una inversión en infraestructura de alrededor de $30 mil millones de dólares, y China tiene la intención de mostrar que puede satisfacer esas necesidades.

Y con respecto a los beneficios que trae consigo la IFR, Ward cita a David Granger, presidente de Guyana, quien explicó que, “no podemos desarrollarnos sin infraestructura y sencillamente no tenemos el dinero para hacerlo por nuestra cuenta. De manera que sea que este venga de Estados Unidos, de China o de Inglaterra, tenemos que aceptarlo y por supuesto tenemos que tomar en consideración el mejor acuerdo”. Ward habla de los pormenores de las inversiones chinas en las Bahamas, y Jamaica y la oferta multimillonaria que hicieron a Haití para reconstruir su infraestructura. Aunque Haití tiene vínculos diplomáticos con Taiwán, su presidente Jovenel Moise, también recalcó que “Haití busca en donde están sus intereses”.