Espectáculos

En el Teatro Arlequín siempre se agotaban localidades: Ortiz de Pinedo

En su escenario se presentaron José Solé, Miguel Manzano, Nadia Haro Oliva, Carlos Riquelme y Alejandro Ciangherotti, entre otros

México - En el legendario Teatro Arlequí­n siempre se agotaban las localidades, pues si bien su comedia era picante, jamás optó por lo obsceno, aseguró el actor y productor Jorge Ortiz de Pinedo.

"Era un teatro divertidí­simo que abarrotaba sus localidades. Nadie se quejaba si era chico o grande, lo bonito es que era un teatro caliente, la gente se reí­a, las carcajadas eran gigantescas sin necesidad de decir palabras obscenas o groserí­as", recordó.

En 1953, su padre, el comediante í“scar Ortiz de Pinedo, participó en la primera obra de teatro que ahí­ se montó: "La hora soñada", también con las actuaciones de Nadia Haro Oliva, bajo la producción de su esposo, el coronel Antonio Haro Oliva.

De ahí­ que, el pasado 21 de junio fue invitado a velar la placa que simbolizó el cierre del Teatro Arlequí­n para iniciar su reconstrucción y reabrirlo en 2018 con dos espacios escénicos.

"Se tiene una tristeza natural por cerrar un teatro tan tradicional como este, pero también hay una gran felicidad al saber que en este lugar también se levantará otro teatro que llevará el mismo nombre", apuntó.

El interior del recinto, destacó, "huele a sabor, a talento, porque ahí­ se presentaron José Solé, Miguel Manzano, Nadia Haro Oliva, Carlos Riquelme y Alejandro Ciangherotti, quienes han sido unos de los mejores actores que ha dado este paí­s".

Ortiz de Pinedo, que actúo en dos obras dentro del templo teatral, consideró que acciones como construir un teatro deben ocurrir más seguido en México.

"Teatro que se cierra, teatro que se levanta, eso es lo que debe suceder; pero lo que no puede hacerse es tirar un teatro. No sé cuánto tiempo se tarden en levantarlo, pero será una fuente de trabajo para los actores y para mucha gente", destacó.

El teatro, dijo Ortiz de Pinedo, forma parte de la cultura popular de este paí­s y el Arlequí­n es fundamental en la historia de la Ciudad de México.

"Muchos teatros cerraron y no volvieron a abrirse; ojalá todos nos pongamos de acuerdo para hacer este postulado: por cada teatro que se cierre tienen que hacerse no uno, sino dos teatros", concluyó.