27/Apr/2024
Editoriales

El cine en casa y los nuevos actores

Ciertamente Jóligud está viéndoselas difícil para competir con las películas de Netflix -y otras empresas similares- que ha hecho de Alburquerque su centro de filmación, pues brinda servicio directo a las casas de los usuarios.

Esta modalidad de cine en casa es el nuevo búm económico, pues hasta antes de que la pandemia del Covid destruyera muchas cosas y negocios de la humanidad, las salas de exhibición de películas joligudences eran un negocio tan exitoso que la empresa mexicana Cinépolis (Alejandro Ramírez) invirtió millonadas de dólares en abrir cientos de estas salas en La India y otras naciones. 

Hasta hace una década era imposible competir con Jóligud, La Meca del cine mundial, y sus actores y actrices eran los grandes ídolos.

Desde luego que los actores continúan, pero ya no son lo que eran, pues ahora aparecen nuevos valores de la actuación, de los que en Jóligud no los dejaban entrar ni de visita a los rodamientos de las películas.

Ya se acabaron los tiempos en que un Errol Flynn, Greta Garbo, Clark Gable y monstruos sagrados de ese tamaño hacían y deshacían en las pantallas grandes. 

Estaban envueltos en un halo de misterio y magia, y todo lo suyo era sagrado.

Tan sólo por mencionar a uno, Errol Flynn que nació en Tasmania en 1909, pasó su infancia en Australia en donde fue expulsado de escuela en escuela, se cambió a Inglaterra y sucedió lo mismo hasta que llegó a Jóligud en donde se quedó a vivir el resto de su vida. 

Todo porque consiguió el triste papel de ¡cadáver! en una película llamada “The case of the curious bride”. 

Pero en ese momento el público exigía a Jóligud nuevas estrellas, así que la sola aparición del rostro de Errol Flyn en la pantalla le abrió las puertas para filmar 20 películas de acción, y descubrió él mismo su encanto con las mujeres. 

Así le llegó la gran oportunidad con ‘The aventures of Robin Hood’, su primer éxito grande, y luego salió de cowboy en varias películas hasta que llegó su mejor personaje en ‘Captain Blood’ donde dio su última imagen de vigor. 

Sin embargo, luego vino la caída, comenzó a beber y cuando caracterizó a un hombre maduro perdido en el alcohol en ‘The Sun Also Rises’, de Hemingway, parecía una confesión de su vida privada. 

Así como empezó, terminó, pues murió en forma extraña a los 50 años de edad, al parecer de infarto en un lance sexual con una adolescente. 

Jóligud hizo una novela en los medios de comunicación con su muerte y al ser sepultado en el Forest Lawn Memorial Park, de Glendale, California, antes de cerrar su ataúd, apareció una botella de wiski.

El cine en casa ha democratizado a los actores, ahora una Anya Taylor-Joy (Gambito de Dama); Álvaro Morte (La Casa de Papel); Claire Foy (The Crown); Úrsula Corberó (La Casa de Papel); Jacob Elordi (Euphoria), y otros jóvenes actores nada le piden a Errol Flyn… y además podrían morir en iguales o más complicadas situaciones que el australiano, sin una botella de alcohol, pero tal vez con una grapa.