NO ES el tipo de cosas que se supone que deben hacer los moderados. Tres días antes de que los demócratas se reúnan en New Hampshire para las elecciones primarias presidenciales del estado el 11 de febrero, Joe Biden lanzó un anuncio atacando a Pete Buttigieg por su falta de experiencia (Buttigieg es el ex alcalde de una ciudad de 100,000 personas en Indiana), y recordando a los votantes su propio CV como vicepresidente de Barack Obama. Tal vez fue la mala actuación del señor Biden en Iowa la semana anterior lo que lo puso a la ofensiva. O tal vez las frías noches de invierno del Granite State han congelado el corazón del "Tío Joe". De cualquier manera, el anuncio, uno de los más negativos de la campaña primaria de los demócratas hasta el momento, dejó al descubierto dos hechos sobre la campaña de Biden: está agitado y ve a Buttigieg como su principal competidor.

  Durante meses, la campaña de Biden tuvo un aspecto inevitable. Los ex vicepresidentes suelen ser sustitutos de las nominaciones presidenciales, si no la presidencia. Pero para el señor Biden, esa ilusión se hizo añicos en los caucus de Iowa el 3 de febrero. Llegó en cuarto lugar con solo el 15% de los votos, superado por Elizabeth Warren por tres puntos porcentuales, derrotado por Buttigieg por seis y diez por detrás de Bernie Sanders.