Marzo 1º de 1854: se publica en Ayutla, Guerrero, el Plan de Ayutla, mediante el cual se desconoce la legitimidad del gobierno de Antonio López de Santa Anna y se exige su renuncia a la Presidencia. Una vez triunfado el movimiento, se elegirá a un presidente interino y a los representantes de las diversas entidades del país para conformar un Congreso Constituyente que organice a la nación bajo la forma de una República Federal, representativa y popular. Desde luego que Juan N. Álvarez estaba apoyando este plan, pero la adhesión de Ignacio Comonfort, hizo que hubiera una reforma al mismo en Acapulco, misma que se publicó el 11 de marzo.

  Esto provocó que Santa Anna se enfocara a combatir dicho plan y el 16 de marzo se puso al frente de cinco mil hombres y marchó al sur del país, llegando a Chilpancingo el 19 de marzo adhiriéndose a su contingente muchos nuevos hombres pero hubo de enfrentar en el camino a Faustino Villalva, perdiendo a algunos. El 19 de marzo Santa Anna llega a Acapulco y se sitúa en el punto conocido como Farallón de las Huertas. Al día siguiente, envía a 900 hombres a atacar los cuatro fortines de defensa del puerto, defendidos por Álvarez, Comonfort, Moreno y Solís. Tras varias horas de combate, las tropas del gobierno se retiran y por la tarde, Manuel Céspedes exige la rendición de la plaza a lo que se rehúsa Comonfort. El 26 de abril, sorpresivamente, Santa Anna –siguiendo con su errático comportamiento- abandona el mando de la tropa y se retira, no sin antes dejar colgados de los árboles los cuerpos de los capitanes José Miguel Indar y Nicanor Vargas, fusilados al amanecer.

  La revolución se extendió por todo el país, y en la ciudad de México fue proclamado el Plan de Ayutla el 13 de julio de 1855 ya con algunas modificaciones. Al triunfar el Plan de Ayutla, se convocó en la capital del país al Congreso Constituyente de 1856, del cual emanó la Constitución de 1857, que terminara de una vez por todas con la era del caudillismo que personificaba López de Santa Anna.