16/Apr/2024
Editoriales

Los sabios no duermen

El fundador del budismo Zen, Bodhidarma, estaba meditando y de pronto se durmió (es decir, volvió a caer en el estado de conciencia habitual en la mayoría de los hombres). Se sintió avergonzado consigo mismo pues nunca le sucedía. Y semejante falta le pareció tan horrible que se cortó los parpados para no poder dormir de día. Sus párpados cayeron al suelo y según la leyenda, enseguida nació de ellos la primera planta de té. El té que preserva el sueño, es la flor que simboliza el deseo de los sabios de mantenerse despiertos, y por esto se dice: “el gusto del té y el gusto del Zen son parecidos”.

 

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