25/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 13 de 1847: se dirigen buques menores de la Armada norteamericana a Tuxpan, para asediar el puerto, durante la Guerra de invasión de Estados Unidos a México, fondeando el día 18 del mismo mes. Este puerto nacional estaba defendido por 600 hombres bajo las órdenes del general Martín Perfecto de Cos.

Desde el día 1º de abril anterior, el Congreso había concedido licencia al presidente Santa Anna para que pudiera libremente comandar al ejército contra los invasores norteamericanos. Posteriormente se suprimió la vicepresidencia, depositada legalmente en Gómez Farías, para designar presidente interino al general Pedro María Anaya, hecho que indignó al grupo de liberales que comandaba Sergio Salinas. Para el 5 de abril, Santa Anna ya estaba fortificando el Cerro Gordo o del Telégrafo, pese a que el general Valentín Canalizo y el comandante de ingenieros Manuel Robles, decían que el escenario donde convenía celebrar la batalla era en Corral Falso.

Sin embargo, Santa Anna ya había decidido pelear en Cerro Gordo. Pero durante la batalla, los norteamericanos agobiaron la fortificación del Cerro del Telégrafo y lo grave fue que el Ejército mexicano -ante el fulminante ataque- se dispersó, huyendo muchos soldados a Jalapa, y el general Santa Anna perdió la batalla e incluso, hasta su pierna postiza a la hora de huir.

Ante la desastrosa defensa, el camino a la Ciudad de México estaba a merced del invasor, y desde el 21 de abril, el general Mariano Salas solicitó a los mexicanos a que se organizaran bajo el sistema de guerrillas para hostilizar al enemigo.

Así que para el 21 de mayo, se declaró a la Ciudad de México en estado de sitio, nombrándose a Nicolás Bravo, Comandante General de la plaza para su defensa. 

En pocos días las plazas importantes como Puebla cayeron, y se temía que la Ciudad de México fuera asaltada en cualquier momento por los marines norteamericanos. 

Para el 28 de mayo, el general Scott ocupaba Puebla, y el 20 de junio se recibió un comunicado avisando la llegada de Nicolas P. Trist, “comisionado de paz” de EUA.

Sin embargo, a pesar de que había tropas estadounidenses cerca de la Capital, en julio 30 estalló en Yucatán la llamada Guerra de Castas, que distrajo la concentración del Ejército Mexicano mientras los norteamericanos continuaban avanzando. Esta es sólo una pequeña parte de la triste historia de la Guerra de Invasión norteamericana en la que nos evidenciamos como un país dividido y de grandes ineficiencias militares.