Hoy se celebra el Día del Libro y de los Derechos de autor, declarado por la UNESCO. Decidir la fecha no fue difícil, pues el mismo día -23 de abril de 1616- murieron tres gigantes de las letras: Miguel de Cervantes, El Inca Garcilaso de la Vega, y el dramaturgo William Shakespeare.

 Semejante coincidencia es polémica, pues en el año de 1582 se ajustaron los calendarios de Europa. El problema es que Inglaterra adoptó el Calendario romano hasta finales del siglo XVI, comprobándose que era 11 minutos más largo en el año que el calendario solar, y al paso de  los siglos, hubo un desfase cronológico. Por ello, el 24 de febrero de 1582, el Papa Gregorio XIII (1502-1585) implantó con la bula Inter Gravissimas el Calendario Gregoriano, que actualmente rige.

 Este nuevo almanaque suprimió diez días, del jueves 4 al domingo 15 de octubre de 1582, para empatar los tiempos de manera universal. Por eso a 1582 se le llama El Año Corrector, pues solo tuvo 355 días, según quedó asentado. Sólo que este Calendario Gregoriano no fue aceptado inmediatamente por todos los países europeos, y comenzaron las confusiones.

 España reformó su calendario para adecuarlo a la misma fecha que Roma. Santa Teresa de Jesús, murió justamente el 4 de octubre de 1582 y enterrada al día siguiente, es decir, según el Gregoriano, el 15 de octubre de 1582.

 Francia se adecuó el 9 de diciembre de ese mismo año de 1582, pero Inglaterra lo aceptó hasta 1752, generándose grandes complicaciones históricas. Esto dio lugar a que según los anuarios vigentes, Miguel de Cervantes, El Inca Garcilazo de la Vega, y William Shakespeare murieran en la misma fecha, el 23 de abril de 1616, cuando en realidad Shakespeare murió 11 días antes que Cervantes, pues hasta que Inglaterra cambió sus fechas del 3 al 14 de septiembre de 1752, existía tal desfase en los almanaques.

 La muerte de Cervantes es de suyo importante, así que no abundaré en ella, pero del dramaturgo Shakespeare, y del cronista del Perú -El Inca Garcilaso de la Vega-, vale hacer una mínima referencia. La segunda es una figura que reivindica a los mestizos; su padre fue el extremeño capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, y su madre Palla Chimpu, que pertenecía a la nobleza Incaica.

 Viviendo en España, El Inca Garcilaso de la Vega se consagró como el Cronista de Perú en su libro Comentarios reales de los Incas que en su tiempo estuvo vetado, así como con su traducción de los Diálogos de amor de León Hebreo, que fue admirada por el mismísimo Miguel de Cervantes.

 Shakespeare fue, además de gran dramaturgo, quien impulsó el derecho de autor, pues a los actores dramáticos se les pagaba poco, y los derechos sobre las obras pasaban a las empresas que las ponían en escena, mismas que adaptaban y recortaban a su criterio, sin respetar el texto original. El nombre del autor se mencionaba, a veces, varios años después, y no disfrutaban del usufructo de la taquilla a menos que poseyeran acciones de la compañía de teatro.

 El reconocimiento a la obra de Shakespeare abrió el camino para el reposicionamiento de la carrera teatral, y al popularizarse sus obras, sus frases y neologismos se incorporaron a la cultura universal, siendo traducidas a un sinfín de idiomas. Su nombre es, por mucho, el del más conocido dramaturgo, poeta y actor de todos los tiempos, y es el escritor más importante en lengua inglesa.

 Como se podrá ver, la celebración del Día del Libro y de los Derechos de Autor es muy importante si se considera que las sociedades inglesa y europea en general, son de lo más rancias del mundo. Hoy es un día de fiesta para los lectores y los autores. ¡Felicidades!