28/Mar/2024
Editoriales

Paradojas la Mariposa Monarca viola las leyes

Los presidentes Mulroney, Bush, y Salinas de Gortari, suscribieron el TLC para abrir las fronteras desde Canadá hasta México, pasando por Estados Unidos. 

Pero firmaron solo un documento para que las mercancías de un País pudieran trasladarse libremente a los otros dos sin pagar aranceles.

Ese tratado de libre comercio no incluye animales vivos, cuadrúpedos, o bípedos, dejando intactos los problemas migratorios. 

Un artesano de Oaxaca imagina que sus figuritas de barro cocido se venderán en Nueva York, o en Toronto, pero sabe que no lo verá; jamás tendrá visa de turista, ni la otra Visa, la del dinero de plástico.

Las restricciones para viajar con fines laborales se ampliaron, y más aún para los turistas especializados en, por ejemplo, turismo sexual, y con justa razón.

Así que los hombres y mujeres trabajadores, o los “mariposones” sin visa aduanal, ni Visa comercial, u otra tarjeta de crédito, de ninguna manera pueden viajar libremente.

En cambio, desde hace miles de años las mariposas Monarca, viajan libre y autónomamente desde Canadá hasta México, pasando desde luego por Estados Unidos, sin ninguna de las dos visas.

Y practican, descaradamente, el turismo sexual.

Se pasean desnudas por encima de nuestras narices, presumiendo la belleza de su cuerpo.

Además, como viajan entre octubre y enero, el clima es ideal para disfrutar de los encantos de la naturaleza, así que se aparean y reproducen.

Pero nadie se atreve a decirles insectos, o mariposonas, pues al ser mariposas y monarcas, todos les decimos ¡Bienvenidas!